Cuando asistí a un encuentro de malabaristas a los 15 años, alguien me dijo: "¡Vaya! ¡Es genial ver a una chica aprender tan rápido!", y yo dije: "¿Por qué?", a lo que contestaron: "bueno, en el malabarismo predominan los hombres con una proporción del 99%, hay muy pocas mujeres". Yo dije: "oh".
Cuando estaba en la universidad y comencé a aprender a lanzar 5 pelotas, alguien me dijo: "¡Vaya! Nunca había visto a una mujer hacer malabares con 5 pelotas". Miré a mi alrededor y en ese festival había varias docenas de hombres lanzando 5 y solo 2 mujeres intentando un flash de 5. Y yo dije: "oh".
Comencé a pensar mucho en el por qué de esto. Llegué incluso a realizar varias investigaciones al respecto en mis clases de Estudios sobre Mujer y Comunidad. A la conclusión a la que llegué es que no era que las mujeres tuvieran menor habilidad con los malabares, o menos interés en el malabarismo, o menores habilidades físicas en general, o que no tuviesen una mente enfocada a las matemáticas; si no que si las mujeres no eran activas en el malabarismo estaba basado principalmente en la percepción y el rol de este en una cultura determinada.
A través de esta investigación me encontré con numerosos ejemplos de culturas donde las mujeres fueron históricamente malabaristas activas, incluso un par donde eran las principales o las únicas que practicaban los malabares. Por lo que me di cuenta de que era la representación cultural del malabarismo el principal factor que empujaba las dinámicas de género. Fue entonces cuando pensé: "bien, entonces ¿Cómo cambiamos el modelo cultural actual?".
Una noche, cuando tenía 21 años, estaba sentada en el porche de una casa en vacaciones, bebiendo vino y escuchando el mar, cuando concebí una futura empresa, una que se centrase principalmente en promocionar a las malabaristas. Se compondría por mujeres y diseñaría ropas con estilos femeninos (algo poco habitual en la comunidad del malabarismo), también equipamientos elegantes e incluso malabares elegantes. Y sobre todo destacarían y promocionarían los talentos de las mujeres malabaristas. Se me ocurrió un nombre: "Chicks With Tricks" [chicas con trucos] y dibujé un logo y diseñé un proyecto. Unos días más tarde, un amigo, con buena intención, me dijo: "suena a nombre pornográfico". Después de eso el proyecto se mantuvo en segundo plano unos años, mientras la comunidad de malabaristas seguía evoluciónando.
Con el paso de los años fui observando como el talento y el nivel de las malabaristas aumentaba rápidamente. Me reté a mí misma a alcanzar el máximo nivel que pudiera, para convertirme en un ejemplo de una malabarista avanzada que pudiese inspirar a otras chicas jóvenes en un futuro. Participé en proyectos como Ladies Malabaristas y me centré en una mayor promoción de las mujeres en las redes sociales de la IJA [International Jugglers Association]. Quería mostrar todas las cosas interesantes que estaban haciendo las mujeres malabaristas de todo el mundo. Con gran alegría observé que los porcentajes cambiaron rápidamente, y que el modelo cultural estaba empezando a cambiar.
A pesar de ello, todavía me frustraban algunas conversaciones entre malabaristas diciendo: "¿Por qué no hay muchas malabaristas que sean realmente buenas?", cuando en realidad sí había muchas muy buenas. Estos comentarios se seguían de interminables discusiones sobre la falta de habilidad física, falta de interés o falta de "algo". También me cansé de que me repitiesen las preguntas: "¿Qué se siente al ser una mujer malabarista?" (Umm, probablemente algo similar a ser un hombre malabarista), "¿Por qué crees que a las mujeres no les gusta hacer malabares?" (Umm, no sé, soy una chica y me gusta hacer malabares, y a mis amigas malabaristas también les gusta), y mi favorita: "la única razón por la que se te presta atención es porque eres una chica" (vaya, ¿y esto de quién es culpa? Porque yo solo quiero hacer malabares).
También me cansaba y frustraba lo que yo llamaba el Síndrome de la Mujer Simbólica, se podía ver a menudo en festivales. Un director preparando su programación y diciendo "Oh, ¡tengo que incluir una mujer en el show!" porque ya se sabe, todo festival necesita una malabarista. Esto también se podía observar en las votaciones para el Top 40*. Casi todos los años como mucho había una o dos mujeres en todo el ránking; y en la la mayoría de las votaciones, de los 10 nombres no se incluía ninguna mujer, con el voto ocasional de una o, como mucho, dos de ellas**.
Hace dos años me di cuenta de que era el momento de poner en marcha aquella empresa que concebí años atrás, aquella que reclamaba la palabra truco para las mujeres. Así que lancé la página de Instagram Chicks With Tricks. Mi hermano, que es abogado, se dio cuenta de que ese nombre ya estaba registrado y me animó a cambiarlo. Lo cambié a Tricky Chicks y desde entonces me ha asombrado la increíble respuesta que ha tenido, así como el gran escaparate que es, ya que entrada tras entrada, vídeo tras vídeo, ha mostrado cuántas malabaristas estupendas hay ahora mismo por el mundo (y otras muchas que todavía están por ser presentadas).
Mientras he ido haciendo esta tarea, otras muchas mujeres han estado trabajando también. Perfeccionando sus habilidades, enseñando y apoyando a otras malabaristas, hablando sobre principios feministas en el malabarismo, dando a conocer públicamente la falta de igualdad en el mundo del circo y el malabarismo, haciendo fantásticos vídeos con sus habilidades, creando shows de mujeres presentando su altísimo nivel, etc. Todo esto se ha ido sumando para crear un gran cambio en la perspectiva cultural del malabarismo.
Ahora mismo, la votación para el Top 40 con los malabaristas más populares de 2018 está teniendo lugar, y por primera vez en 15 años, el Síndrome de la Mujer Simbólica ha sido totalmente derribado. Esta mañana, estaba mirando algunos de los votos y me ha entusiasmado ver que hay muchos votos para muchas mujeres diferentes. Muchos de esos votos incluían a varias mujeres, incluso algún listado solo con mujeres, ¡Es fantástico! Admiro y respeto a todas estas mujeres que he mencionado en mi listado de votos, y a otras muchas que he conocido a lo largo de este año y que están llevando el malabarismo a otro nivel.
Nada de esto se hace para desmerecer la genialidad o la inspiración de los malabaristas hombres, porque eso es igual de importante. Es solo que es estupendo ver un cambio cultural tan notable hacia la igualdad en esta comunidad que tanto amo. Esa versión universitaria de mí misma un día hizo una teoría acerca de que la dinámica hombre-mujer en la comunidad del malabarismo estaba basada en un modelo cultural, y por tanto si cambiamos el modelo, esa dinámica también puede cambiar. Esa universitaria estaría ahora mismo completamente asombrada por el progreso cultural en estos últimos años y podría decir: "seguid así".
PD: ¡Visitad Tricky Chicks para conocer el merchandising que se va a lanzar en 2019! #trickychicks
Traducción libre del texto de Erin Stephens publicado en su perfil de Facebook el pasado 20 de diciembre, con el permiso de la autora.
*N.del T. La votación para el Top 40 está abierta a cualquiera que quiera participar, se pueden incluir hasta 10 malabaristas que uno/a considere que son sus favoritos/as del año. Este 2018 ha sido el año con más votos (unos 1000)
** Este año se ha batido el record en el Top 40, con 8 mujeres en el ranking, 2 de las cuales entre las 10 primeras.
Cuando estaba en la universidad y comencé a aprender a lanzar 5 pelotas, alguien me dijo: "¡Vaya! Nunca había visto a una mujer hacer malabares con 5 pelotas". Miré a mi alrededor y en ese festival había varias docenas de hombres lanzando 5 y solo 2 mujeres intentando un flash de 5. Y yo dije: "oh".
Comencé a pensar mucho en el por qué de esto. Llegué incluso a realizar varias investigaciones al respecto en mis clases de Estudios sobre Mujer y Comunidad. A la conclusión a la que llegué es que no era que las mujeres tuvieran menor habilidad con los malabares, o menos interés en el malabarismo, o menores habilidades físicas en general, o que no tuviesen una mente enfocada a las matemáticas; si no que si las mujeres no eran activas en el malabarismo estaba basado principalmente en la percepción y el rol de este en una cultura determinada.
Erin Stephens |
Una noche, cuando tenía 21 años, estaba sentada en el porche de una casa en vacaciones, bebiendo vino y escuchando el mar, cuando concebí una futura empresa, una que se centrase principalmente en promocionar a las malabaristas. Se compondría por mujeres y diseñaría ropas con estilos femeninos (algo poco habitual en la comunidad del malabarismo), también equipamientos elegantes e incluso malabares elegantes. Y sobre todo destacarían y promocionarían los talentos de las mujeres malabaristas. Se me ocurrió un nombre: "Chicks With Tricks" [chicas con trucos] y dibujé un logo y diseñé un proyecto. Unos días más tarde, un amigo, con buena intención, me dijo: "suena a nombre pornográfico". Después de eso el proyecto se mantuvo en segundo plano unos años, mientras la comunidad de malabaristas seguía evoluciónando.
Con el paso de los años fui observando como el talento y el nivel de las malabaristas aumentaba rápidamente. Me reté a mí misma a alcanzar el máximo nivel que pudiera, para convertirme en un ejemplo de una malabarista avanzada que pudiese inspirar a otras chicas jóvenes en un futuro. Participé en proyectos como Ladies Malabaristas y me centré en una mayor promoción de las mujeres en las redes sociales de la IJA [International Jugglers Association]. Quería mostrar todas las cosas interesantes que estaban haciendo las mujeres malabaristas de todo el mundo. Con gran alegría observé que los porcentajes cambiaron rápidamente, y que el modelo cultural estaba empezando a cambiar.
A pesar de ello, todavía me frustraban algunas conversaciones entre malabaristas diciendo: "¿Por qué no hay muchas malabaristas que sean realmente buenas?", cuando en realidad sí había muchas muy buenas. Estos comentarios se seguían de interminables discusiones sobre la falta de habilidad física, falta de interés o falta de "algo". También me cansé de que me repitiesen las preguntas: "¿Qué se siente al ser una mujer malabarista?" (Umm, probablemente algo similar a ser un hombre malabarista), "¿Por qué crees que a las mujeres no les gusta hacer malabares?" (Umm, no sé, soy una chica y me gusta hacer malabares, y a mis amigas malabaristas también les gusta), y mi favorita: "la única razón por la que se te presta atención es porque eres una chica" (vaya, ¿y esto de quién es culpa? Porque yo solo quiero hacer malabares).
Olena y Svetlana. Fotografía: Mai Ibargüen |
También me cansaba y frustraba lo que yo llamaba el Síndrome de la Mujer Simbólica, se podía ver a menudo en festivales. Un director preparando su programación y diciendo "Oh, ¡tengo que incluir una mujer en el show!" porque ya se sabe, todo festival necesita una malabarista. Esto también se podía observar en las votaciones para el Top 40*. Casi todos los años como mucho había una o dos mujeres en todo el ránking; y en la la mayoría de las votaciones, de los 10 nombres no se incluía ninguna mujer, con el voto ocasional de una o, como mucho, dos de ellas**.
Hace dos años me di cuenta de que era el momento de poner en marcha aquella empresa que concebí años atrás, aquella que reclamaba la palabra truco para las mujeres. Así que lancé la página de Instagram Chicks With Tricks. Mi hermano, que es abogado, se dio cuenta de que ese nombre ya estaba registrado y me animó a cambiarlo. Lo cambié a Tricky Chicks y desde entonces me ha asombrado la increíble respuesta que ha tenido, así como el gran escaparate que es, ya que entrada tras entrada, vídeo tras vídeo, ha mostrado cuántas malabaristas estupendas hay ahora mismo por el mundo (y otras muchas que todavía están por ser presentadas).
Mientras he ido haciendo esta tarea, otras muchas mujeres han estado trabajando también. Perfeccionando sus habilidades, enseñando y apoyando a otras malabaristas, hablando sobre principios feministas en el malabarismo, dando a conocer públicamente la falta de igualdad en el mundo del circo y el malabarismo, haciendo fantásticos vídeos con sus habilidades, creando shows de mujeres presentando su altísimo nivel, etc. Todo esto se ha ido sumando para crear un gran cambio en la perspectiva cultural del malabarismo.
Ahora mismo, la votación para el Top 40 con los malabaristas más populares de 2018 está teniendo lugar, y por primera vez en 15 años, el Síndrome de la Mujer Simbólica ha sido totalmente derribado. Esta mañana, estaba mirando algunos de los votos y me ha entusiasmado ver que hay muchos votos para muchas mujeres diferentes. Muchos de esos votos incluían a varias mujeres, incluso algún listado solo con mujeres, ¡Es fantástico! Admiro y respeto a todas estas mujeres que he mencionado en mi listado de votos, y a otras muchas que he conocido a lo largo de este año y que están llevando el malabarismo a otro nivel.
Nada de esto se hace para desmerecer la genialidad o la inspiración de los malabaristas hombres, porque eso es igual de importante. Es solo que es estupendo ver un cambio cultural tan notable hacia la igualdad en esta comunidad que tanto amo. Esa versión universitaria de mí misma un día hizo una teoría acerca de que la dinámica hombre-mujer en la comunidad del malabarismo estaba basada en un modelo cultural, y por tanto si cambiamos el modelo, esa dinámica también puede cambiar. Esa universitaria estaría ahora mismo completamente asombrada por el progreso cultural en estos últimos años y podría decir: "seguid así".
PD: ¡Visitad Tricky Chicks para conocer el merchandising que se va a lanzar en 2019! #trickychicks
Traducción libre del texto de Erin Stephens publicado en su perfil de Facebook el pasado 20 de diciembre, con el permiso de la autora.
*N.del T. La votación para el Top 40 está abierta a cualquiera que quiera participar, se pueden incluir hasta 10 malabaristas que uno/a considere que son sus favoritos/as del año. Este 2018 ha sido el año con más votos (unos 1000)
** Este año se ha batido el record en el Top 40, con 8 mujeres en el ranking, 2 de las cuales entre las 10 primeras.
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