Este fin de semana, gracias a la programación de Teatralia, hemos podido disfrutar en Madrid de Rudo, el último espectáculo de Manolo Alcántara. Lo bueno de realizar una propuesta tan personal como esta te permite ser programado tanto en festivales de circo como en los de teatro.
Y es que Rudo es diferente, son 60 minutos donde se transporta al espectador al espacio particular de un hombre tosco y brusco que parece empeñado en construir estructuras. Esas estructuras, formadas por viejas cajas de madera, se irán situando en forma de torres de aspecto inestable, sobre las cuales el protagonista sitúa un travesaño y cruza de un lado a otro, aumentando aún más ese riesgo inherente al desequilibrio.
Su formas ásperas, su violencia al mover las cajas, el exagerado ruido que produce al construir sus estructuras se ve suavizado por el dúo de cuerda que forman Laia Rius (violín) y María Bou (violonchelo). Es el contrapunto perfecto a la hosquedad, enfatizando las características de él, pero demostrando, en sus relaciones, que esconde un pequeño resquicio para la sonrisa y el juego.
El público es otro de los protagonistas, son parte del espectáculo. Situado en unas gradas alrededor de la escena, tan cerca que tiene las estructuras al alcance de la mano, donde el travesaño de madera pasa a escasos centímetros de su cara, donde se siente la inestabilidad de las cajas sobre las que se mueve Manolo como si estuviera sentado sobre ellas. Es así, el espectador, parte del riesgo, empujado a contener la respiración. Se convierte figura indispensable, rompiendo así todas las paredes y siendo parte de ese universo efímero.
Esta creación es la tercera en solitario de Manolo Alcántara tras Locomotivo (2005) y Plecs (2010), merecedora del Premio Zirkólika al mejor espectáculo de sala en 2014. Autodidacta y enamorado del circo, marca claramente su línea y estilo personal. Empeñado en construir el sus espectáculos en su totalidad, siempre presenta artilugios únicos salidos de su mente y sus manos. Esto le permite elaborar una atmósfera particular para cada show, naciendo ahí el germen perfecto para que sus ideas simples se transformen en brillantes creaciones.
En Rudo, toda persona del público irá metiéndose poco a poco en este universo precario y cuidadosamente desaliñado. Comprenderá poco a poco al tosco personaje, descubriendo su delicadeza tras las bruscas maneras; llegando al cénit en la preciosa escena de la marioneta equilibrista y con el evocador final del arco de madera. Es, por tanto, un gran espectáculo de circo íntimo.
Ficha técnica:
Creación y dirección: Manolo Alcántara, Xavier Erra
Intérpretes: Manolo Alcántara, Laia Rius (violín), Maria Bou (violoncelo)
Composición y dirección musical: Clara Peya
Dirección técnica: Luis Nevado
Escenografía: Xavier Erra
Diseño iluminación: Luis Nevado
Construcción títere: Nartxi (Txo Titelles)
Vestuario y caracterización: Rosa Solé
Fotografía: David Molina
Producción: Manolo Alcántara
Para saber más:
Y es que Rudo es diferente, son 60 minutos donde se transporta al espectador al espacio particular de un hombre tosco y brusco que parece empeñado en construir estructuras. Esas estructuras, formadas por viejas cajas de madera, se irán situando en forma de torres de aspecto inestable, sobre las cuales el protagonista sitúa un travesaño y cruza de un lado a otro, aumentando aún más ese riesgo inherente al desequilibrio.
Su formas ásperas, su violencia al mover las cajas, el exagerado ruido que produce al construir sus estructuras se ve suavizado por el dúo de cuerda que forman Laia Rius (violín) y María Bou (violonchelo). Es el contrapunto perfecto a la hosquedad, enfatizando las características de él, pero demostrando, en sus relaciones, que esconde un pequeño resquicio para la sonrisa y el juego.
El público es otro de los protagonistas, son parte del espectáculo. Situado en unas gradas alrededor de la escena, tan cerca que tiene las estructuras al alcance de la mano, donde el travesaño de madera pasa a escasos centímetros de su cara, donde se siente la inestabilidad de las cajas sobre las que se mueve Manolo como si estuviera sentado sobre ellas. Es así, el espectador, parte del riesgo, empujado a contener la respiración. Se convierte figura indispensable, rompiendo así todas las paredes y siendo parte de ese universo efímero.
Esta creación es la tercera en solitario de Manolo Alcántara tras Locomotivo (2005) y Plecs (2010), merecedora del Premio Zirkólika al mejor espectáculo de sala en 2014. Autodidacta y enamorado del circo, marca claramente su línea y estilo personal. Empeñado en construir el sus espectáculos en su totalidad, siempre presenta artilugios únicos salidos de su mente y sus manos. Esto le permite elaborar una atmósfera particular para cada show, naciendo ahí el germen perfecto para que sus ideas simples se transformen en brillantes creaciones.
En Rudo, toda persona del público irá metiéndose poco a poco en este universo precario y cuidadosamente desaliñado. Comprenderá poco a poco al tosco personaje, descubriendo su delicadeza tras las bruscas maneras; llegando al cénit en la preciosa escena de la marioneta equilibrista y con el evocador final del arco de madera. Es, por tanto, un gran espectáculo de circo íntimo.
Ficha técnica:
Creación y dirección: Manolo Alcántara, Xavier Erra
Intérpretes: Manolo Alcántara, Laia Rius (violín), Maria Bou (violoncelo)
Composición y dirección musical: Clara Peya
Dirección técnica: Luis Nevado
Escenografía: Xavier Erra
Diseño iluminación: Luis Nevado
Construcción títere: Nartxi (Txo Titelles)
Vestuario y caracterización: Rosa Solé
Fotografía: David Molina
Producción: Manolo Alcántara
Para saber más:
- Web del artista
- Entrevista para TV3 (en catalán)
- Crítica del espectáculo por Cesc Martínez (en catalán)
No hay comentarios:
Publicar un comentario