Si en la primera parte de esta crónica de la EJC 2016 ya se comentaron las instalaciones y torneos, en esta ocasión toca hablar de lo más esperado de cualquier convención europea, las actuaciones y galas. En una EJC hay que
estar preparado para elevar el listón del asombro, basta con darse una
vuelta por los pabellones de entrenamiento para observar el tremendo
nivel que va alcanzando el malabarismo. A nadie sorprende ya ver a
chavales de 15 años tirar cinco mazas al aire o hacer trucos con tres
diábolos.
Los espectáculos programados estuvieron a la altura de las
expectativas.
Los “Open Stage” (escenario abierto) son galas de circo donde la gente se apunta a participar para mostrar sus habilidades. Hay una mínima selección previa y todo se monta en el mismo día, pese a ello el nivel siempre suele ser muy alto y cada noche uno sale de la carpa habiendo visto algo novedoso o increíble. Organizadas por Pola Brändle y Guillaume Martinet, consiguieron que fueran buenos Open Stage y muy homogéneos en su reparto.
Destacaron actuaciones como la de Nicolas Longuechaud y sus malabares con espejo. El genial francés lleva tiempo ofreciendo material muy visual. Otra actuación que jugaba con el sentido de la vista y de paso nos indicaba hacia dónde va la unión de los malabares y la tecnología fue la de Kevin y Laury (Super Cho) en su "concierto cromático", ejecutado con cariocas de luz programables. También sirvió para ver la confirmación del israelí Sagi Bracha como un gran malabarista, para alucinar con un número completo de Asarato (instrumento musical africano) o para desencajar la mandíbula de todos los presentes con cualquiera de los taiwaneses que actuaron con sus diábolos durante la EJC.
De menor nivel fueron las galas temáticas que se sucedieron cada día, una gala holandesa, otra de Flevolanda, otra británica, etc, aunque sirvieron para que algunos artistas o escuelas pudieran probar sus actuaciones. También hubo una Gala de Fuego, pero el que estuviera lloviendo en ese momento y que se programara algo lejos del recinto no ayudó a que fuera muy concurrida.
La Gran Gala siempre es un acontecimiento muy esperado, ya que normalmente logra reunir grandes actuaciones. Este año la sensación fue algo decepcionante, debido a que aunque el nivel fue muy alto, algunas de los números fueron de peor nivel que otros vistos en los Open Stage. De todas formas, cabe destacar increíbles actuaciones como la del malabarista sueco Emil Dahl con mazas magnéticas, el dúo de trapecio Washington formado por Bert y Fred, la ucraniana Aleksandra Sobolieva con hasta 9 hulas en el aire, el maravilloso dúo israelí entre el acróbata Itamar Glucksmann y el malabarista Ron Beeri y el colofón final con los Teslenko.
Grandísimo nivel en las compañías programadas.
Les Objects Volants, la compañía fundada por Denis Paumier, con su rompedora visión de los malabares y la manipulación de objetos triunfó el primer día de la EJC. Jonglissimo mostró su nuevo show, una increíble combinación de malabares con la última tecnología. Los continuos juegos con los cambios de luz de sus mazas, la sobreimpresión de patrones sobre proyecciones audiovisuales y la cuidada puesta en escena establecen un nuevo concepto de espectáculo multimedia en circo. Jay Gilligan, innovador malabarista y profesor de la escuela DOCH de Estocolmo, hizo su número de calle, donde las situaciones extrañas se suceden y los malabares entran en una nueva dimensión. “Raro” o “muy suyo” parecen buenas definiciones para resumir su show.
Mención aparte merece la compañía británica Gandini Juggling. Suyo fue el acto inaugural tras el pasacalles por Almere, ofrecieron una versión de su show “Smashed” en formato grande, con 18 artistas. Además se pudo disfrutar de su última producción “4x4”, una bellísima combinación de malabarismo y ballet, jugando mucho con la creación de patrones rítmicos, formación de “arquitecturas efímeras” y toques sutiles de humor. Además de estas actuaciones, tanto Sean Gandini como Kati Yla-Hökkala demostraron su pasión por la docencia, impartiendo hasta dos talleres diarios mientras duró la convención.
En cuanto a las próximas ediciones de la EJC, este año se votó la candidatura de 2019, que será en la pequeña ciudad inglesa de Newark. En Lublin, Polonia, ya ultiman preparativos para repetir EJC en 2017 y los representantes de Azores (Portugal) se encargaron una y otra vez de recordar que en 2018 nos veremos en la EJC más exótica. Para que disfrutéis aún más de esta pasada EJC, os dejo con una galería de fotos de Luke Burrage y con el playlist que está recopilando Ray (nuestro representante español en la European Juggling Association) con más de 120 vídeos.
Los “Open Stage” (escenario abierto) son galas de circo donde la gente se apunta a participar para mostrar sus habilidades. Hay una mínima selección previa y todo se monta en el mismo día, pese a ello el nivel siempre suele ser muy alto y cada noche uno sale de la carpa habiendo visto algo novedoso o increíble. Organizadas por Pola Brändle y Guillaume Martinet, consiguieron que fueran buenos Open Stage y muy homogéneos en su reparto.
Destacaron actuaciones como la de Nicolas Longuechaud y sus malabares con espejo. El genial francés lleva tiempo ofreciendo material muy visual. Otra actuación que jugaba con el sentido de la vista y de paso nos indicaba hacia dónde va la unión de los malabares y la tecnología fue la de Kevin y Laury (Super Cho) en su "concierto cromático", ejecutado con cariocas de luz programables. También sirvió para ver la confirmación del israelí Sagi Bracha como un gran malabarista, para alucinar con un número completo de Asarato (instrumento musical africano) o para desencajar la mandíbula de todos los presentes con cualquiera de los taiwaneses que actuaron con sus diábolos durante la EJC.
De menor nivel fueron las galas temáticas que se sucedieron cada día, una gala holandesa, otra de Flevolanda, otra británica, etc, aunque sirvieron para que algunos artistas o escuelas pudieran probar sus actuaciones. También hubo una Gala de Fuego, pero el que estuviera lloviendo en ese momento y que se programara algo lejos del recinto no ayudó a que fuera muy concurrida.
La Gran Gala siempre es un acontecimiento muy esperado, ya que normalmente logra reunir grandes actuaciones. Este año la sensación fue algo decepcionante, debido a que aunque el nivel fue muy alto, algunas de los números fueron de peor nivel que otros vistos en los Open Stage. De todas formas, cabe destacar increíbles actuaciones como la del malabarista sueco Emil Dahl con mazas magnéticas, el dúo de trapecio Washington formado por Bert y Fred, la ucraniana Aleksandra Sobolieva con hasta 9 hulas en el aire, el maravilloso dúo israelí entre el acróbata Itamar Glucksmann y el malabarista Ron Beeri y el colofón final con los Teslenko.
Grandísimo nivel en las compañías programadas.
Les Objects Volants, la compañía fundada por Denis Paumier, con su rompedora visión de los malabares y la manipulación de objetos triunfó el primer día de la EJC. Jonglissimo mostró su nuevo show, una increíble combinación de malabares con la última tecnología. Los continuos juegos con los cambios de luz de sus mazas, la sobreimpresión de patrones sobre proyecciones audiovisuales y la cuidada puesta en escena establecen un nuevo concepto de espectáculo multimedia en circo. Jay Gilligan, innovador malabarista y profesor de la escuela DOCH de Estocolmo, hizo su número de calle, donde las situaciones extrañas se suceden y los malabares entran en una nueva dimensión. “Raro” o “muy suyo” parecen buenas definiciones para resumir su show.
Jay Gilligan durante su show. Foto: Luke Burrage |
Mención aparte merece la compañía británica Gandini Juggling. Suyo fue el acto inaugural tras el pasacalles por Almere, ofrecieron una versión de su show “Smashed” en formato grande, con 18 artistas. Además se pudo disfrutar de su última producción “4x4”, una bellísima combinación de malabarismo y ballet, jugando mucho con la creación de patrones rítmicos, formación de “arquitecturas efímeras” y toques sutiles de humor. Además de estas actuaciones, tanto Sean Gandini como Kati Yla-Hökkala demostraron su pasión por la docencia, impartiendo hasta dos talleres diarios mientras duró la convención.
En cuanto a las próximas ediciones de la EJC, este año se votó la candidatura de 2019, que será en la pequeña ciudad inglesa de Newark. En Lublin, Polonia, ya ultiman preparativos para repetir EJC en 2017 y los representantes de Azores (Portugal) se encargaron una y otra vez de recordar que en 2018 nos veremos en la EJC más exótica. Para que disfrutéis aún más de esta pasada EJC, os dejo con una galería de fotos de Luke Burrage y con el playlist que está recopilando Ray (nuestro representante español en la European Juggling Association) con más de 120 vídeos.
Foto: Rafus |
¡Nos vemos en Polonia!
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