La cuarta edición del ya tradicional encuentro de la Sierra Norte de Guadalajara, el MYAU, abría sus puertas el pasado miércoles 1 de junio, con la Asamblea de Organización, en la que se preparaban los últimos detalles para que todo estuviera según lo esperado. Cabe destacar el gran número de voluntarias que aportaron su esfuerzo y ganas para sacar el encuentro adelante, con mención especial para el Colectivo de Berlín, que se desplazó hasta Albendiego para ayudar de manera totalmente altruista en la organización del Festival. Hasta 700 personas pasaron por este pequeño pueblo con 37 habitantes censados.
El primer día del MYAU 2016, tras idas y venidas para cerrar los últimos detalles organizativos, acababa con la proyección del documental “Feincita” en la Carpa. El jueves volvió a reinar un ambiente familiar, con las energías volcadas en acabar de configurar el MYAU soñado, voluntarios y los primeros asistentes en llegar pudieron disfrutar también de momentos de tranquilidad con el estreno del espectáculo John-K, de Tafa, y con el posterior Cine-Forum tras la proyección de la película “ Poppy “, de W.C. Fields. Durante la tarde y hasta bien entrada la noche, no faltaron los reencuentros con muchas de esas personas que se ven de festival en festival. Abrazos, anécdotas y muchos saludos llenaron la Plaza del Ayto. de Albendiego de un espíritu mágico que barruntaba un gran MYAU 2016.
El viernes amanecía soleado y el número de personas que acampaban en la antigua y florida era (1) del pueblo crecía exponencialmente. Los niños y niñas de aquí y de allí, llenaban la habitualmente tranquila atmósfera de Albendiego con un bullicio especial. Mientras, los talleres comenzaban en la carpa y en la pista polideportiva, destacando el divertido taller de cascadas y el siempre atractivo Trapecio Volante que instalaron los amigos de Arribas Circo. A la hora del vermout, en el “Espacio Pirata”, la gente se congregaba para disfrutar y reír con el desparpajo de Komotedigorodrigo, que con su clásico número de calle y sus tablas supo meterse al público rápidamente en el bolsillo. Por la tarde las nubes hicieron acto de presencia indicando que ellas tampoco se querían perder el MYAU 2016. Su presencia desplazó el primer espectáculo del Premio Stuartini a la Carpa Principal. Era el turno de Nando Caneca y su espectáculo “Woow”, en el que la mezcla de la magia que aporta el artista, y la que aporta una gran personita del público escogida al azar, crean un espectáculo especialmente bonito.
Y por la noche llegaba uno de los platos fuertes del Festival; el Gran Cabaret MYAU 2016. Con casi dos horas de retraso (pues la realización en la Carpa del Stuartini retrasó las pruebas técnicas del cabaret). Aitor Autoestopista y Arturo Kobackx arrancaban la velada entre acordes punk y “reuniones”. Abría el espectáculo Toto, que tenía la labor de levantar a un público quizás algo cansado de esperar la apertura de puertas, y no defraudó. Un frenético número en el que las mazas no paraban un segundo, rápido, técnicamente cuidado y sin apenas fallos. Después le tocaba el turno a Sara Volatil, que tras problemas técnicos que hicieron que los presentadores tuvieran que arremangarse y salir de nuevo a escena para resolver la situación, ejecutó muy bien su cuidado número de trapecio estático. Después venía Iván de Asaco Producciones, con un número de clown que quizás se hizo algo largo por la avanzada hora de la noche. Continuaba Sifón Fontana que se atrevía a subirse al pequeño escenario con una bici acrobática y que, pese a la dificultad técnica asociada al espacio, resolvía con solvencia. Antes del descanso, Rebe Alrebes levantaba la carpa con su potente número de cuerda lisa y su habitual derroche de técnica y fuerza. Después del descanso, que quizás se hizo largo para algunas de las personas asistentes (sobre todo las más peques), reabría Víctor de CircoVito, con un espectacular número de cuerda floja en el que, no conforme con el nivel de trucos imposibles que realiza sobre este elemento, acaba andando con un monociclo sobre la cuerda. Quedaba noche para los equilibrios, y en concreto para la bola de Eleni Anna, que servía de base para un número de hula en el que se perdía la cuenta de cuántos de estos había girando sobre su cuerpo al mismo tiempo. Era ya bien entrada la madrugada cuando le tocaba el turno al Payaso Carapapa, que deleitó con trucos imposibles de peonzas, aunque quizás alargó de más el número, sobre todo teniendo en cuenta la hora que era. Sólo faltaba, para cerrar, el tradicional número de acrodúo sobre Rulo de los conocidos Circobaya, que volvió a no defraudar.
Después de ésto, a unas horas innombrables, empezaban los conciertos de Jan Luc Godard Street Band, que volvían por segundo año consecutivo a llenar la carpa de los acordes más Rockabillys, diréctamente desde Carabanchel; y de Ode Zulé, con una cuidada puesta en escena que convirtió su actuación en algo más que un concierto. Para los que todavía tenían fuerzas para seguir bailando, Dj Capuzzi cerraba la noche (o abría la mañana, según se mire) con sus mezclas de música techno.
El sábado volvía a amanecer soleado, aunque el destino que nos esperaba sería parecido al del viernes con un gran chaparrón que obligaba a mover todos los Stuartini a la carpa, además de pausar el popular taller de trapecio volante, que se reanudaba sin embargo por la tarde. A medio día era el turno para el conocido Fuman y su espectáculo Musicóloco, con una expectación especial, este año por la viralización de uno de sus vídeos que le ha catapultado a la fama. Aunque quizás su personaje estuvo algo más fuera del espectáculo de lo que nos tiene acostumbrados. Por la tarde otras dos muestras se realizaban dentro del premio Stuartini: Capuzzi y la Srta X, y Maité presentando su espectáculo “Tentación Divina”, con el que mediante el clown, la acrobacia aérea, y muchos otros ingredientes, fue capaz de levantar a toda la carpa en una ovación unánime.
Casi sin tiempo para una rápida cena con la batukada de por medio, el Payaso Carapapa en el “espacio pirata”, y el estrés de realizar las pruebas de sonido y luces de nuevo a matacaballo por el poco tiempo disponible, arrancaba la guinda del encuentro, la Gran Gala MYAU 2016, con algo menos de retraso que el cabaret del día anterior. Fede Scoch, llegado desde Italia, era el encargado de conducir la Gala y presentar a los artistas; desde el público, desde una minibici... ¡E incluso desde las alturas de la carpa! La noche de Circo la abría Arce, con un potente número de mástil, en el que se forzaba el estilo clásico para darle una vuelta al mismo. No faltó técnica y unos arrojes de los que pausan el aliento. El escenario quedaba entonces para Antonio Bellavitta y su clásico número de balones de fútbol, en el que acaba con cinco de estos en el aire. En tercer lugar llegaba el turno de uno de los grandes, Jordi Querol, en el que la combinación de manipulación de mazas, beat box, e interpretación gestual conforman un espectáculo de otro nivel. Después venía Luís Buseti que empezaba su poético número desde una óptica musical con guitarra y violín, para acabar con una rutina de telas aéreas mientras recitaba una historia que buscaba transmitir sensaciones. Avanzaba la noche y el turno era para El Negro, y su particular dirección de la obra Romeo y Julieta, a través de actores improvisados. Continuaba Carolina con su enérgico número de trapecio fijo, despertando a la gente que llenaba la carpa, para luego cederle el turno a La Cía Rolabola en un número en el que, pese al tiempo de espera y lo avanzado de la noche, Michael, el perro de Alfonso, realizó todos los ejercicios que le indicaba su compañero de escenario, acabando con una bonita canción aullada al calor de la acordeón. La velada de circo llegaba a su fin, aunque todavía faltaba una de las figuras del encuentro: El dúo Desiguales, con su célebre integrante Tinga, llenó el escenario y la carpa de esa alegría que le caracteriza, con portés imposibles sobre zancos que soportaban una buena pila de años y experiencia.
Tras los saludos, la despedida, y el calor del público devuelto en forma de ovación, la noche seguía despierta en Albendiego. Y en concreto en la Carpa, con un conciertazo de los Chotokeu, que llegados desde Galicia, dieron en el clavo para poner a bailar a todo el mundo. Bien entrada la madrugada, Hueso del Row y Fuman del Zapatilla Sound System, se pusieron a los mandos de una alocada mesa de mezclas de la que no sólo salían ritmos houseros que se metieron hasta bien entrado el domingo. Solapándose con los últimos bailarines de la carpa, el resto de myaumetanos y myaumetanas despertaban en un domingo que venía cargado de actividades: El tradicional pasacampos, el espectáculo “Desfile de Humor”, de Kalvin Klown, dentro del premio Stuartini, la épica cadena de tartazos que acababa de despertar a unos cuantos, la comida popular y las esperadas Olimpiadas.
Después, llegaba el turno para los agradecimientos, las palabras de cariño, los reconocimientos y ... ¡Los premios! Como ha sido siempre, esta cuarta edición del premio Stuartini contaba con un jurado independiente y sin complejos; Tres niños y niñas de Albendiego, que tuvieron a bien darle la afamada pizarra grabada a la compañía Kalvin Clown y su espectáculo “Desfile de Humor”. La organización del festival, quiso además reconocer la calidad artística mediante los premios Myau, a Nando Caneca y a Dj Capuzzi y la Srta. X. Y la mejor puesta en escena a Fuman Musicóloco y a Maité con “Tentación Divina”. Un premio especial, que dará que hablar en próximos años, pues se crea este año y toma el nombre de su primer agraciado, el Premio Tinga Tinga, en reconocimiento a una trayectoria, unos valores y una forma de entender la vida y el circo. Y tras esto, la gran lanzada que habitualmente echa el cierre a cualquier encuentro de Circo, llenaba el cielo de Albendiego de todo tipo de cachibaches. Sin embargo, en este pequeño pueblo de la sierra de Guadalajara, todavía quedaba algo de energía para un renegado en el que pudimos ver desde rutinas hasta equilibrios imposibles, y que acababa bien entrada la noche, una vez más. El lunes, la era de Albendiego recobraba esa tranquilidad que le caracteriza y se preparaba para esperar, un año más, la vuelta de la primavera y del MYAU. Muchos ronroneos para todas desde Albendiego.
El primer día del MYAU 2016, tras idas y venidas para cerrar los últimos detalles organizativos, acababa con la proyección del documental “Feincita” en la Carpa. El jueves volvió a reinar un ambiente familiar, con las energías volcadas en acabar de configurar el MYAU soñado, voluntarios y los primeros asistentes en llegar pudieron disfrutar también de momentos de tranquilidad con el estreno del espectáculo John-K, de Tafa, y con el posterior Cine-Forum tras la proyección de la película “ Poppy “, de W.C. Fields. Durante la tarde y hasta bien entrada la noche, no faltaron los reencuentros con muchas de esas personas que se ven de festival en festival. Abrazos, anécdotas y muchos saludos llenaron la Plaza del Ayto. de Albendiego de un espíritu mágico que barruntaba un gran MYAU 2016.
El viernes amanecía soleado y el número de personas que acampaban en la antigua y florida era (1) del pueblo crecía exponencialmente. Los niños y niñas de aquí y de allí, llenaban la habitualmente tranquila atmósfera de Albendiego con un bullicio especial. Mientras, los talleres comenzaban en la carpa y en la pista polideportiva, destacando el divertido taller de cascadas y el siempre atractivo Trapecio Volante que instalaron los amigos de Arribas Circo. A la hora del vermout, en el “Espacio Pirata”, la gente se congregaba para disfrutar y reír con el desparpajo de Komotedigorodrigo, que con su clásico número de calle y sus tablas supo meterse al público rápidamente en el bolsillo. Por la tarde las nubes hicieron acto de presencia indicando que ellas tampoco se querían perder el MYAU 2016. Su presencia desplazó el primer espectáculo del Premio Stuartini a la Carpa Principal. Era el turno de Nando Caneca y su espectáculo “Woow”, en el que la mezcla de la magia que aporta el artista, y la que aporta una gran personita del público escogida al azar, crean un espectáculo especialmente bonito.
Circovito, en un momento de su espectáculo |
Y por la noche llegaba uno de los platos fuertes del Festival; el Gran Cabaret MYAU 2016. Con casi dos horas de retraso (pues la realización en la Carpa del Stuartini retrasó las pruebas técnicas del cabaret). Aitor Autoestopista y Arturo Kobackx arrancaban la velada entre acordes punk y “reuniones”. Abría el espectáculo Toto, que tenía la labor de levantar a un público quizás algo cansado de esperar la apertura de puertas, y no defraudó. Un frenético número en el que las mazas no paraban un segundo, rápido, técnicamente cuidado y sin apenas fallos. Después le tocaba el turno a Sara Volatil, que tras problemas técnicos que hicieron que los presentadores tuvieran que arremangarse y salir de nuevo a escena para resolver la situación, ejecutó muy bien su cuidado número de trapecio estático. Después venía Iván de Asaco Producciones, con un número de clown que quizás se hizo algo largo por la avanzada hora de la noche. Continuaba Sifón Fontana que se atrevía a subirse al pequeño escenario con una bici acrobática y que, pese a la dificultad técnica asociada al espacio, resolvía con solvencia. Antes del descanso, Rebe Alrebes levantaba la carpa con su potente número de cuerda lisa y su habitual derroche de técnica y fuerza. Después del descanso, que quizás se hizo largo para algunas de las personas asistentes (sobre todo las más peques), reabría Víctor de CircoVito, con un espectacular número de cuerda floja en el que, no conforme con el nivel de trucos imposibles que realiza sobre este elemento, acaba andando con un monociclo sobre la cuerda. Quedaba noche para los equilibrios, y en concreto para la bola de Eleni Anna, que servía de base para un número de hula en el que se perdía la cuenta de cuántos de estos había girando sobre su cuerpo al mismo tiempo. Era ya bien entrada la madrugada cuando le tocaba el turno al Payaso Carapapa, que deleitó con trucos imposibles de peonzas, aunque quizás alargó de más el número, sobre todo teniendo en cuenta la hora que era. Sólo faltaba, para cerrar, el tradicional número de acrodúo sobre Rulo de los conocidos Circobaya, que volvió a no defraudar.
Toto en un momento de la Gala |
Después de ésto, a unas horas innombrables, empezaban los conciertos de Jan Luc Godard Street Band, que volvían por segundo año consecutivo a llenar la carpa de los acordes más Rockabillys, diréctamente desde Carabanchel; y de Ode Zulé, con una cuidada puesta en escena que convirtió su actuación en algo más que un concierto. Para los que todavía tenían fuerzas para seguir bailando, Dj Capuzzi cerraba la noche (o abría la mañana, según se mire) con sus mezclas de música techno.
El sábado volvía a amanecer soleado, aunque el destino que nos esperaba sería parecido al del viernes con un gran chaparrón que obligaba a mover todos los Stuartini a la carpa, además de pausar el popular taller de trapecio volante, que se reanudaba sin embargo por la tarde. A medio día era el turno para el conocido Fuman y su espectáculo Musicóloco, con una expectación especial, este año por la viralización de uno de sus vídeos que le ha catapultado a la fama. Aunque quizás su personaje estuvo algo más fuera del espectáculo de lo que nos tiene acostumbrados. Por la tarde otras dos muestras se realizaban dentro del premio Stuartini: Capuzzi y la Srta X, y Maité presentando su espectáculo “Tentación Divina”, con el que mediante el clown, la acrobacia aérea, y muchos otros ingredientes, fue capaz de levantar a toda la carpa en una ovación unánime.
El MYAU se caracteriza por su ambiente familiar |
Casi sin tiempo para una rápida cena con la batukada de por medio, el Payaso Carapapa en el “espacio pirata”, y el estrés de realizar las pruebas de sonido y luces de nuevo a matacaballo por el poco tiempo disponible, arrancaba la guinda del encuentro, la Gran Gala MYAU 2016, con algo menos de retraso que el cabaret del día anterior. Fede Scoch, llegado desde Italia, era el encargado de conducir la Gala y presentar a los artistas; desde el público, desde una minibici... ¡E incluso desde las alturas de la carpa! La noche de Circo la abría Arce, con un potente número de mástil, en el que se forzaba el estilo clásico para darle una vuelta al mismo. No faltó técnica y unos arrojes de los que pausan el aliento. El escenario quedaba entonces para Antonio Bellavitta y su clásico número de balones de fútbol, en el que acaba con cinco de estos en el aire. En tercer lugar llegaba el turno de uno de los grandes, Jordi Querol, en el que la combinación de manipulación de mazas, beat box, e interpretación gestual conforman un espectáculo de otro nivel. Después venía Luís Buseti que empezaba su poético número desde una óptica musical con guitarra y violín, para acabar con una rutina de telas aéreas mientras recitaba una historia que buscaba transmitir sensaciones. Avanzaba la noche y el turno era para El Negro, y su particular dirección de la obra Romeo y Julieta, a través de actores improvisados. Continuaba Carolina con su enérgico número de trapecio fijo, despertando a la gente que llenaba la carpa, para luego cederle el turno a La Cía Rolabola en un número en el que, pese al tiempo de espera y lo avanzado de la noche, Michael, el perro de Alfonso, realizó todos los ejercicios que le indicaba su compañero de escenario, acabando con una bonita canción aullada al calor de la acordeón. La velada de circo llegaba a su fin, aunque todavía faltaba una de las figuras del encuentro: El dúo Desiguales, con su célebre integrante Tinga, llenó el escenario y la carpa de esa alegría que le caracteriza, con portés imposibles sobre zancos que soportaban una buena pila de años y experiencia.
Tras los saludos, la despedida, y el calor del público devuelto en forma de ovación, la noche seguía despierta en Albendiego. Y en concreto en la Carpa, con un conciertazo de los Chotokeu, que llegados desde Galicia, dieron en el clavo para poner a bailar a todo el mundo. Bien entrada la madrugada, Hueso del Row y Fuman del Zapatilla Sound System, se pusieron a los mandos de una alocada mesa de mezclas de la que no sólo salían ritmos houseros que se metieron hasta bien entrado el domingo. Solapándose con los últimos bailarines de la carpa, el resto de myaumetanos y myaumetanas despertaban en un domingo que venía cargado de actividades: El tradicional pasacampos, el espectáculo “Desfile de Humor”, de Kalvin Klown, dentro del premio Stuartini, la épica cadena de tartazos que acababa de despertar a unos cuantos, la comida popular y las esperadas Olimpiadas.
Lanzada |
Después, llegaba el turno para los agradecimientos, las palabras de cariño, los reconocimientos y ... ¡Los premios! Como ha sido siempre, esta cuarta edición del premio Stuartini contaba con un jurado independiente y sin complejos; Tres niños y niñas de Albendiego, que tuvieron a bien darle la afamada pizarra grabada a la compañía Kalvin Clown y su espectáculo “Desfile de Humor”. La organización del festival, quiso además reconocer la calidad artística mediante los premios Myau, a Nando Caneca y a Dj Capuzzi y la Srta. X. Y la mejor puesta en escena a Fuman Musicóloco y a Maité con “Tentación Divina”. Un premio especial, que dará que hablar en próximos años, pues se crea este año y toma el nombre de su primer agraciado, el Premio Tinga Tinga, en reconocimiento a una trayectoria, unos valores y una forma de entender la vida y el circo. Y tras esto, la gran lanzada que habitualmente echa el cierre a cualquier encuentro de Circo, llenaba el cielo de Albendiego de todo tipo de cachibaches. Sin embargo, en este pequeño pueblo de la sierra de Guadalajara, todavía quedaba algo de energía para un renegado en el que pudimos ver desde rutinas hasta equilibrios imposibles, y que acababa bien entrada la noche, una vez más. El lunes, la era de Albendiego recobraba esa tranquilidad que le caracteriza y se preparaba para esperar, un año más, la vuelta de la primavera y del MYAU. Muchos ronroneos para todas desde Albendiego.
1) Terreno descubierto, de superficie llana y limpia donde se trilla el cereal
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