El pasado lunes 22 finalizó con la
tradicional entrega de premios el 9º Festival Internacional de Circode Albacete. Organizado por sexta ocasión por los Hermanos Álvarez
(especialmente por la iniciativa de Antonio), el evento ha conseguido
el arraigo y el apoyo de la ciudad, con un lleno completo en todas
las galas celebradas.
Volvió el festival a celebrarse en
el renovado Teatro Circo de la ciudad. El edificio es bonito y está
reformado, lástima que la capacidad no sea muy alta y que la
visibilidad sea sorprendentemente pobre desde casi cualquier asiento.
El Festival tiene algunas
peculiaridades llamativas. Una de ellas es la clara apuesta por el
circo más clásico y por el público familiar, siendo gran parte del
público era menor de edad. El Festival ha programado este año una
serie de espectáculos con representación de múltiples países. Lo
curioso ha sido ver que algunos artistas participaban en las dos
galas programadas, cada vez con un número diferente. Sorprende que
se realice este tipo de acciones, más destinadas a abaratar un
espectáculo que para programar un festival con sus premios y jurados
establecidos. Jurado existía, altos representantes de circo
internacionales (premios ilustres, directores de escuelas, etc), pero
el programar al mismo artista con distinto número deja la sombra de
la duda de si estamos ante un festival como tal o ante un espectáculo
destinado a hacer taquilla. Lo segundo tampoco parece que sea
probable, dado el precio popular de las entradas y la escasez de asientos del Teatro Circo. Lo dicho, queda el
festival en un extraño punto intermedio.
Otra de las cosas llamativas del
evento es la nula comunicación. A parte de la cartelería expuesta
por la ciudad y la aparición en la prensa local, era casi imposible
enterarse con antelación de las fechas del festival y mucho menos
del elenco de artistas seleccionados. Ni siquiera la prensa especializada estaba al
tanto de estos datos. No existe presencia en redes sociales, no hay
web propia, no se manda un dossier a prensa, nada. También resulta
difícil enterarse del palmarés a posteriori, cosa también muy
sorprendente, restando la importancia que podría ir ganando este
festival a nivel mundial.
En cuanto al nivel artístico, hay
que reconocer que las dos galas fueron potentes y que estuvieron
compensadas. Largas en duración, unos 12 números por gala, aunque no se
hacían pesadas. Eso sí, las disciplinas y el estilo
clásico de los artistas fue el claro predominante.
Destacaron las
actuaciones de Olena y Svetlana, dos jovencísimas ucranianas que
realizaron un impresionante número de passing de mazas en monociclo,
cerrando con 10 mazas. El dúo colombiano Jose y Gaby fueron la única
concesión al circo más contemporáneo; un bellísimo número de
mano a mano suave y fluido con varias figuras y levantadas muy
elegantes. Cambiando el registro, uno de los números que más
movilizaron el entusiasmo del público fue el trio de portores
rumanos X-Treme Brothers, con la clásica muestra de figuras de fuerza pura
realizadas muy lentamente. En vilo mantuvieron también al público
los colombianos The Gerlings con su eficaz número de rueda de la muerte.
Este enorme y vibrante aparato parece aún muy encasillado, siendo
difícil ver cosas diferentes entre unos números y otros.
Las dos aportaciones chinas fueron
también muy remarcables. Por un lado Liu Wen Long. hizo dos actuaciones, una
primera de equilibrio de bancos que acababan emulando un gigantesco
dragón, y una segunda de los clásicos malabares con jarrones,
perfectamente ejecutada. Su compatriota Hao Shan fue, sin duda, una de
las mejores actuaciones del Festival, sino la mejor. Numerazo de
verticales mostrando una seguridad pasmosa con series larguísimas de
figuras a una mano sin descanso. La secuencia final a dos manos es un
alarde de flexibilidad y equilibrio, girando las piernas alrededor de
su menudo cuerpo varias vueltas completas sin que en su rostro se
apreciase el más mínimo esfuerzo (nota: imposible conseguir imágenes o vídeos de estos artistas, si alguien lo consigue se agradecerá enormemente)
La representación española corría a cargo de los Payasos Rampín con sus entradas clásicas que encantaron a los espectadores de menor edad. Los Taps ofrecían un divertido espectáculo de magia cómica, quizá poco original aunque efectivo. Pedro Elis fue el otro representante español, el malabarista frenético con varios records Guinness en su haber. Tiene un sólido número donde no hay un segundo de descanso y muestra gran variedad de elementos, destacando su rutina de de 5 balones de baloncesto.
El Quijote (o Cirquijote) de Oro se lo llevó el Dúo Romance con su bonito número de straps, largo, cuidado y con figuras realmente complejas. Otro de los premiados, el dúo Rolling Wheel, mostraron un potente número con dos ruedas alemanas, mucha fuerza y sobre todo muy buena actitud en escena.
En definitiva, es una buena noticia que exista este festival, aunque no deja muy claro si es un festival o un espectáculo. Lo que definitivamente agradeceríamos todos los aficionados al circo es que publicitase algo el evento, el elenco de artistas y sus premios. ¿Lo realizará en años posteriores, ya que está estudiando aumentar la capacidad?
En definitiva, es una buena noticia que exista este festival, aunque no deja muy claro si es un festival o un espectáculo. Lo que definitivamente agradeceríamos todos los aficionados al circo es que publicitase algo el evento, el elenco de artistas y sus premios. ¿Lo realizará en años posteriores, ya que está estudiando aumentar la capacidad?
PALMARÉS:
- Cirquijote de Oro: Dúo Romance (Alex y Adelina Boldojar, straps),
- Cirquijote de Plata: Rolling Wheel (rueda alemana) y X-Treme Brothers (mano a mano)
- Cirquijote de Bronce: The Gerlings (Rueda de la muerte) y Alexey y Victoria (trapecio)
- Premio del público: Dúo Romance (Straps)
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