Año intenso donde los haya, en lo personal y en lo colectivo. Por desgracia ha sido un año de guerras, de terrorismo desbocado, del Oriente Medio cada vez más destruido, de injusticias sociales, de dramas migratorios, de caos climático, etc. Por suerte también ha sido un año interesantísimo en cuanto a elecciones (4 en un año), con un fin del bipartidismo y lo que sana eso la democracia, de futuros cercanos positivos, del comienzo del fin del ébola, etc.
En lo personal un año de cambios, todos en positivo. Por el nuevo hogar, por el fin de un ciclo laboral-formativo e iniciar otro ciclo laboral muy interesante, por el nuevo EUCIMA que ya se está gestando, por la infinidad de proyectos circenses en los que me estoy involucrando, todos ilusionantes y, por supuesto, por Alicia.
Vamos a aprovechar para ver qué tal se ha portado el 2015 en el blog que, pese a la escasa aportación, creo que ha sido muy interesante.
No está nada mal. Sólo me queda dar las gracias a todos los que os pasáis por aquí de cuando en cuando, a los que comentáis y a los que leéis en silencio. También a todas esas personas a las que quiero y con las que he podido compartir pequeños (y grandes) momentos este intenso año, ellas ya saben quienes son y si no, me encargaré de ir haciéndoselo saber a lo largo de 2016.
Por desgracia, echaré mucho de menos a Krahe, menos mal que nos quedan sus canciones.
En el número 6 de la calle Fernando el Católico hay un pequeño y acogedor bar llamado "La Bruschetteria de Françoise". En él está Víctor Ortiz, más conocido como "Wilbur", junto con Carlos Such, amigo común. La idea era hacer una entrevista, pero con Wilbur no hay cabida para formatos encorsetados, su cabeza está desordenada, igual que su pelo rizado. La charla entre amigos deriva en un sin fin de anécdotas y risas. Víctor no es Wilbur, pero hay algo del personaje en él. En la distancia corta es tímido y tranquilo, pero para él es inevitable ver el lado gracioso de la vida y buscar la risa, propia y ajena.
Víctor Ortiz nace en Alicante en 1981. A los 5 años acaba de
forma casual apuntado en el club de gimnasia artística de su ciudad.
“Mi padre quiso meter a mi hermano en la gimnasia, mientras le
hacían las pruebas de selección, yo hacía el loco en las
escaleras, al final me cogieron a mí”, recuerda Víctor. Allí es
entrenado por Javier Amado “mi segundo padre, lo veía más que a
mi familia” y comienza a competir. Destacó en campeonatos
nacionales, sobre todo en los aparatos de suelo, salto y barra. “Era
un año menor que Gervasio Deferr, coincidíamos en los campeonatos.
Él y Oriol Combarros eran ya los buenos en España, los guays. Yo
solía llevarme oro o plata, pero cuando competían ellos no había
forma; aunque ahora me llevo muy bien con 'Uri'”.
Reconociéndose como un gimnasta más técnico que físico,
recuerda la dureza de un deporte como la gimnasia: “Exige
muchísimas horas a la semana, de lunes a sábado, sacrificas muchos
planes, siendo adolescente es duro. Yo ahora lo recuerdo con gracia,
pero he llegado a llorar, sobre todo con las sesiones de
flexibilidad; contaba las horas que quedaban para la siguiente
sesión, era horrible”.
Su carrera deportiva le llevaba hacia el Centro de Alto
Rendimiento en Madrid a los 16 años, pero una lesión y una
selección algo enrevesada truncó este camino. “Me habían escrito
del CAR de Madrid, llegué a tener la maleta preparada junto a la
puerta de mi casa esperando la confirmación durante unos días. Hubo
un rollo un poco raro y acabaron metiendo a un cubano, el caso es que
al final me quedé sin mi oportunidad y dejé de competir. No me
hundí, pero fue una noticia que me jodió”, recuerda el acróbata.
Como toda su vida había girado en torno al gimnasio, Víctor
siguió yendo a entrenar. Allí estaban sus amigos y podía practicar
break, “por esa época tenía varios vídeos de break-dance en VHS,
me encantaba. Conocí a un chico que iba al gimnasio y hacía break,
empecé a practicarlo y salir a bailar. La gente flipaba conmigo
porque en seguida me salían todos los movimientos y porque era mucho
más joven que ellos. La base que da la gimnasia te permite aprender
rápido”. Así es como comienza a fusionar las acrobacias y el
break, grabándose en una pequeña cámara para luego analizarse. Es
ahí cuando decide recopilar todos sus movimientos y sacar un vídeo en Youtube en 2006 llamado 'Acrobacias y acrosport', con miles de
visitas (ver su canal de vídeos).
Es en esa época cuando se encuentra con 'Piti' (José Ignacio
Úbeda), un malabarista de Donyet Ardit que entrenaba allí y con el que hizo buenas migas. Así conoce el circo y Piti se lo lleva a hacer
bolos (actuaciones) con él. Pero mientras descubría este nuevo
mundo Víctor intentaba ganarse la vida: “nunca fui un buen
estudiante, era muy disperso, de hecho lo sigo siendo, me pasaba las
clases dibujando”; por lo que empieza a mirar salidas laborales
“trabajé un verano de carnicero en el Mercado Central, en un
puesto de una prima de mi padre, fue divertido, pero creo que me
pagaron en total 1000 pesetas o algo así”, recuerda entre risas.
“Después acabé en una farmacia, de repartidor, me saqué la FP de
auxiliar de farmacia y entregaba los pedidos con mi Kangoo, estuve
así 3 años. Era la época que comenzaba a actuar con Piti y
con alguna empresa de animación, llegó un momento en que no podía
compaginar todo”. Entonces Víctor se dio cuenta de algo
importante: “lo de la farmacia no era lo que quería ser y lo dejé;
por azar descubrí una vocación, el circo, y no volví a buscar
otros trabajos”.
Wilbur (D) medallista junto a Javier Amado (2ºD)
El nombre de Wilbur nace en Elche, en el festival Elx al Carrer,
en uno de los bolos de Piti. “Una hora antes del espectáculo no
sabíamos qué ibamos a hacer, y Piti se dio cuenta que no tenía
nombre artístico. 10 minutos antes de salir a escena comencé a
leerle todos los folletos y panfletos que teníamos cerca, decía un
nombre y le miraba y él negaba con la cabeza. En un momento dado leí
Wilbur (creo que de un equipamiento de sonido) y asintió, poco
convencido. En el show dijo mi nombre un millón de veces y como
había amigos viéndonos todo el mundo comenzó a llamarme así. Al
final le he cogido cariño al nombre y me gusta”.
Es en esa época en la que conoce a Antonio Gómez, otro 'machaca'
de gimnasio con el que congenió desde el principio. “Es mi mejor
amigo, nos dedicábamos a entrenar como bestias en el gimnasio
haciendo acrosport. Él siempre ha sido muy deportista y muy fuerte,
de hecho me portaba a mí y en cierta forma me cuidaba, porque tenía
la cabeza más cuadriculada que yo. Me ha salvado de más de una
caída y de más de una pelea. Fuimos al primer campeonato de España
de acrosport en Salamanca y lo ganamos”. Antonio se fue a Madrid a
estudiar Ingeniería de Caminos y dejó el circo, pero la amistad
permanece, “hemos compartido piso varias veces, de hecho ahora
volvemos a vivir juntos”, afirma (nota: se le puede ver junto a él en esta gala del III Encuentro de Malabaristas de Alicante).
Enamorado de la sensación de libertad que transmite el circo, en
contraposición con la rigidez de la gimnasia, Wilbur va aprendiendo
a base de observar y de probar en escena, sin ir a cursos ni escuelas. Hacer reír
era lo que más le atraía, “siempre me ha gustado hacer el tonto,
a mi entrenador lo tenía frito con mis bromas. En el circo podía
desarrollar mucho esa parte, la del payaso, ya que la base técnica
ya la tenía de sobra”.
Cansado de la escasez de trabajo levantina, decide probar suerte
en Madrid en 2008. Allí conoce a David Morales “El Capitán Maravilla” y se integra en su espectáculo Mono A Mono B. Una época
difícil ya que, tras dedicar un año de preparación y montaje,
jugándose los ahorros, el espectáculo sale de gira en 2010, en
plena crisis. Pese a ello van a muchos festivales y triunfan, “era
un show muy potente, diferente, frenético, dos locos vestidos de
monos, con mucha referencia a películas y conectando muy bien en
escena. Al público le encantaba, lástima que costara tanto de mover
y montar, llegamos a comprar un camión para poder transportar todo”.
Del Capitán Maravilla sigue aprendiendo técnica del humor y es él
el que le recomienda hacer un espectáculo en solitario. Nace así
“Piensa en Wilbur”, primero como número de 10 minutos para
galas, luego como show de 1 hora.
Habiendo dejado Mono A y Mono B en 2014, ese año presenta de
forma inesperada una gala de circo en el CircArte de Alicante, que
funciona. “Después vino el EUCIMA (Encuentro Universitario de Circo de Madrid) me piden presentar su gala. Yo
había actuado en 2012 allí en solitario, pero me dijeron que quería
que presentara y me lancé; la sorpresa es que era en el Price y ante
900 personas. Me lo preparé con tiempo y para mí fue brutal, una gran experiencia, creo que gustó mucho”. La multitud de galas y
eventos que ha presentado posteriormente dan fe de su éxito como
presentador, un papel que no tenía planeado, “me gusta mucho,
pringas y tienes responsabilidad, pero tienes mucha libertad, me
encanta presentar”.
Cuando se le pregunta por aficiones fuera del circo, Víctor
responde sin dudarlo, “me gustan los números de humor, sobre todo
el absurdo; sigo viendo vídeos de break-dance; me relaja mucho
pintar y me gustan las películas, sobre todo los thrillers y las
antiguas. Los genios clásicos como Chaplin, los hermanos Marx o el
Gordo y el Flaco me fascinan. Nos creemos que ahora la gente está
inventando muchas cosas y hace 80 años se hacían barbaridades
geniales”. Pese a que su personaje es un bailón empedernido,
reconoce que le cuesta bailar en serio, “es curioso, he bailado
tanto haciendo el tonto que bailar en serio me da vergüenza, aunque
me guste. Eso sí, en pareja soy un desastre bailando, lo mío es más
en individual, aunque siempre acabe haciendo el idiota”. Y se
reconoce enamorado, pero de Flow “es mi perro, un Staffordshire
Bull Terrier negro, muy social y más simple que un cubo, me
encanta”.
Mirando al futuro, Víctor está planeando un nuevo show largo en
solitario. “Me voy a vivir a la Sierra para crearlo allí con
tranquilidad mientras continúo el show actual. Quiero centrarme más
en el clown, sin tanto texto, aunque usando acrobacias mientras me
permita el cuerpo. No quiero alejarme de Wilbur, que es un personaje
que funciona”. Actualmente ha entrado a formar parte de Clandestino, adult cabaret, en el recién estrenado Gran Teatro Príncipe Pío de Madrid.
Antes de despedir la entrevista, Víctor reflexiona sobre el
circo: “a actuar se aprende actuando y te tiene que ver gente. Soy
muy lanzado pero en ocasiones es muy duro, yo me he llegado a quedar
en el coche sin poder salir antes de mi primera actuación en
solitario en el Retiro. Los comienzos son difíciles, eres muy malo y
comes mucha mierda, pero vas aprendiendo y te acabas haciendo
bastante lanzado. Es una profesión muy bonita y muy dura”.
Gracias a Carlos Such por ayudar en esta entrevista
En la escuela de circo Carampa se está retomando una gran iniciativa: crear un Centro de Documentación Circense. Una maravillosa noticia que, debido a la falta de apoyos institucionales, se ha volcado en una campaña de crowdfunding para lograr financiarlo. Cualquiera puede apoyar el proyecto y disfrutar de él. Un proyecto que viene de lejos y que su promotor, Javier Jiménez, contesta a esta entrevista explicándolo brevemente.
¿Qué es un Centro de Documentación Circense? Eso
me pregunto yo, porque ya he intentado hacerlo un par de veces y las
dos veces lo he tenido que dejar a medias. Una en el Price y otra en la
EMCA (la extinta Escuela Municipal de Circo de Alcorcón). Los dos primeros años del Price, a mi me contrataron para un
departamento, que ya no existe, el departamento de documentación. Eramos
dos, una chica, Nefer, y yo. Pero parece ser que hacer un Centro de
Documentación oficial requiere muchas cosas, así que se desistió de la
idea, me pasaron al departamento de hacer de todo un poco y de ayudar al
director artístico y eso fue lo que me llevó a la calle. Lo intenté de nuevo en la EMCA, pero cuando el alcalde nos quitó la subvención, nos tuvimos que reinventar la
EMCA, pues los cursos no podían ser tan baratos como antes.
En Carampa
se me pidió que fuera a la EMCA a ocuparme un poco de las pocas clases
que había y de organizar los ensayos de los grupos que solicitaban el
espacio. Tenía mucho tiempo libre, así que me puse a ordenar los libros
de Carampa, que junté con los míos, que empezaban a ocupar demasiado
espacio en mi casa. Lo mismo con los videos y dvds. Empecé a colgar
pósters de las paredes, y a poner librerías en una de las habitaciones.
Ordené los libros. Fotografié las cubiertas y los coloqué. Estaba todo
listo, casi a un par de semanas de la fecha de inauguracón, el alcalde
se enteró de que no nos habíamos ido, de que aguantábamos ahí sin la
subvención y decidió echarnos, sin más. Sin darnos demasiado tiempo. Así
que tuve que empaquetar de nuevo todos los libros , videos, dvds,
revistas, postales, promos, etc. Así que no sé muy bien qué es un Centro
de Documentación Circense, no me han dejado saberlo. Pero imagino que
es como un Centro de Documentación cualquiera pero dedicado al circo
¿De dónde sale el material allí reunido? Como
ya he dicho, son libros o material de Carampa, algunos libros cedidos
por Donald, otros regalados por amigos o socios y muchos de mi colección
privada, tanto de libros como de videos. Me he pasado muchos años
buscando material, libros viejos, videos de circo, era un poco obsesiva
mi afición.
¿Cuándo empezó tu afición al coleccionismo de material de circo? La
verdad es que siempre he sido un poco coleccionista. Mi padre
coleccionaba sellos, vitolas, cucharillas de café, jarras de barro e
hijos —somos 8 hermanos—, así que me parece que lo heredé de él.
Siempre, desde que fundamos la AM (Asociación de Malabaristas) he ido recopilando material, las
revistas, las publicidades de los grupos y los pocos videos que había
por entonces. Un libro sobre freaks que contaba historias maravillosas
sobre ellos me hizo comenzar mi colección de libros, primero todo el
material que encontraba sobre freaks, y luego más tarde comencé con el
circo. Tenía un amigo alemán, un coleccionista especializado que también
vendía, que me aconsejaba qué libros pillar. Me he gastado mucho
dinero en todo eso, porque después me encapriché de los pósters de circo
polacos, de los sellos de circo, las películas con algo de circo, los
libros de la lista de Toole Stoott, en fin, en vez de comprarme una casa
a plazos, me compraba libros de viejo sobre circo en todos los idiomas.
Ahora que he dejado de comprar compulsivamente, me he atrevido a
comprar mi casa.
¿Por qué consideras importante que exista ese Centro de Documentación? Es
importante, es evidente. Cuando teníamos la biblioteca/videoteca
operativa en Carampa, antes del youtube y todo eso, nuestra colección ya
era importante y muchos alumnos y otros profesionales de circo han
gastado muchas horas viendo videos u ojeando lilbros. Ahora queremos
hacer eso mismo, pero con más material y todo más ordenadito y
clasificado.
¿Hay otros similares en Madrid o España? Que yo sepa, solamente hay una biblioteca en 9Barris, en Barcelona, con
una sección importante de circo. Nuestra colección es mucho más grande.
Hay y habrá otras colecciones, alguna de libros más importante que la
nuestra, pero no tienen esa vocación de estar abierta al público.
Creemos que puede inspirar y servir a nuestros alumnos y que con el
nuevo Grado Universitario de Circo de la Universidad Juan Carlos se va a
utilizar bastante. ¿Por qué un crowdfunding?
Nuestras
cuentas, nuestra economía —las de Carampa— no son demasiado sólidas,
nunca sobra dinero. Siempre andamos raspados, así que cuando planteé la
necesidad de sacar los libros de las cajas, porque ya llevaban dos años
en un almacén y los dueños ya habían empezado a preguntarse cuándo los
iba a sacar, e hicimos cuentas vimos que teníamos que pedir un crédito.
Los créditos nos asustan un poco, así que decidí probar con el
micromecenazgo. Sabía que hay mucha gente que conoce la colección, que
ha disfrutado de parte de ella, en la carpa o en la EMCA, que me han
pedido información y se la he facilitado sin pedir nada a cambio, así
que confiaba en que habría bastante gente que nos apoyaría y así está
siendo. Las aportaciones son generosas. Hay más aportaciones de 50 € que
de 10 €, me encanta, pero yo quiero que todos mis amigos pongan 10 €
porque quiero regalarles dos entradas para cualquier cirkabaret. Echo de
menos a los patronos de 10. ¿Me ayudas a conseguirlos?
¿Para cuándo calculáis que va a estar listo? Estará
listo en marzo. Tenemos previsto una fiesta de inauguración, un
cirkabaret Centro de Documentación el 12 de marzo, así que para ese día
tiene que estar todo listo. Ya hay mucho avanzado por todo el trabajo
que hice en la EMCA, aunque hay que actualizar bastantes cosas, podría
estar operativo muy pronto y seguir clasificando y ordenando sobre la
marcha. Lo importante es sacar los libros de las cajas y colocarlos en
las estanterías.
¿Cómo podremos usarlo los aficionados al circo? Los interesados pueden hacerse socios del Centro por muy poco dinero,
unos 10 € al año. No se podrán sacar los libros. Son para consultar in
situ, pero facilitaremos el trabajo de todos los que quieran investigar
sobre la historia del circo o sobre otros temas relacionados con el
circo. Los alumnos y profesores de Carampa y los socios de la AM
tendrán acceso al Centro sin tener que pagar esos 10€, pero habrá un
horario de uso. La colección es valiosa y hay que protegerla.
Muchas gracias Javi, por la entrevista, por las imágenes y por la iniciativa. Todos los aficionados al circo estamos deseando que este proyecto salga adelante y lo podamos disfrutar.
Esta vez la ración es colaborativa. Resulta que uno es aficionado, casi obsesivo, de los vídeos de circo. Afición que intento contagiar a través de estas raciones y a través de la página de Facebook del blog. Resulta que uno tiene amigos que también son aficionados obsesivos, unos ya de origen, otros se han ido convirtiendo con el tiempo a esta fe. Así, sabiendo de estas obsesiones, decido convocar una tarde de circo, de vídeos de circo. Entre todos elegimos muchos vídeos y pasamos la tarde viéndolos y comentándolos, aprendiendo y disfrutando de esto que tanto nos gusta. Estos son algunos de los que vimos. Mil gracias a esa gente que decidió pasar una tarde de domingo viendo vídeos de circo entre amigos. Habrá que repetir.
Pasen, hay sitio al fondo.
1) Marie-Ève Dicaire. Bailarina reconvertida al circo en la escuela de Montreal, se especializa allí en el equilibrio de manos. Tras pasar por numerosos circos contemporáneos de gran renombre, desde 2012 actúa en el Cirque Plume. Allí muestra este precioso número, donde destaca esa facilidad para realizar figuras complejísimas, sobre todo a una mano. Elegante y muy, muy buena. Gracias Amaya.
2) Yana Kudryatseva. La reina indiscutible de la gimnasia rítmica actual. Con sólo 18 años ya ha ganado 3 veces seguidas el mundial de gimnasia, en el último ganando 5 oros. Parte de su éxito radica en, a parte de su extraordinaria técnica, en sus novedosos movimientos, como el spinning del minuto 1:32 del vídeo. A mí, que hace tiempo que veo la gimnasia con otros ojos, me ha encantado.Gracias Iván.
3) Yann et Greg. Yannick Thomas y Gregory Arsenal, integrantes del Cirque Le Roux, franceses que seencontraron en Montreal. De allí salieron con su mano a mano bien engrasado, listo para triunfar en festivales como Cirque de Demain y Sol y Circo. Esta es la actuación en la 31ª edición del primero, donde merecidamente ganaron un bronce. Uno de esos números que te atrapa y al terminar sólo puedes decir: "joder, qué bonito". Gracias Clara
4) Guillaume Karpowicz y Teemu Riihelä. Karpowicz es bien conocido en el mundillo del diábolo por su nivelazo, sobre todo en los números altos (traducido: lanzar muchos diábolos altísimo como si nada), también ha aparecido alguna vez por este lugar. Suele sacar vídeos que causan mucho revuelo, por lo novedoso y por su gran nivel. Ahora nos sorprende con esta combinación inédita de diábolo y trapecio washington (ejecutado por Teemu, un BBoy finés reconvertido al circo). No voy a añadir mucho más, sólo espero que se os queden tantas ganas de verlo en directo como a mí. Gracias Miguel
5) Charles Eric Bouchard. Nivelazo también el de este artista, que aún está en su periodo formativo. La cuerda lisa es una disciplina difícil, en ocasiones poco agradecida por ser menos vistosa que otros aéreos. Bouchard consigue fascinar y dejar con ganas de más.Gracias Chispu.
6) Troupe Kovgar. Puro estilo ruso. La troupe formada por el exgimnasta Andrey Kovgar, integrando a otros gimnastas con la idea de hacer una gran compañía. El número conjuga varias disciplinas clásicas, como la báscula, los saltos en zancos, las banquinas, etc; llevándolas a ese límite absurdo que sólo los rusos y los chinos conocen. Maravilloso. Gracias María
7) Collectif Petit Travers. El nuevo espectáculo de esta bella compañía francesa de malabaristas se llama Nuit. Su estilo es inconfundible e hipnotizante. A sus lanzamientos coreografiados dando la espalda al público han añadido toques de magia y una bonita escenografía. Imprescindibles en el mundo malabar. Gracias Carlos.
8) Rudi Macaggi. Acróbata italiano de familia circense, autodenomina su disciplina como "acromedia". Un loco de esos que sacan ese puntito que sólo da el circo. ¿Por qué hacer esa locura? Porque es circo. Gracias Chuspi.
Esto y mucho más se vio en la "velada cirquera". Espero que sus estómagos hayan quedado saciados
La Pértiga es un pequeño espacio de circo en Madrid. Nació hace 4 años con la ilusión de unos pocos de tener un espacio para entrenar y poco a poco se ha ido transformando en un lugar de entrenamiento, de aprendizaje y de cabarets. En estos años ha conseguido consolidarse y ser parte de la actualidad circense madrileña. Así, en la pequeña calle Albéniz, junto al metro Alto de Extremadura, tras un gran portón negro, se esconde un pequeño gran lugar de circo. Una de sus organizadoras, Inma "Malala" Ricoy, nos cuenta por entrevista electrónica qué es La Pértiga y su evolución en estos 4 años.
¿Cómo nace La Pértiga?
El
germen de La Pértiga nace en Septiembre de 2011, cuando Tincho
-Fontalicio- decide que quiere tener un galpón [construcción grande y techada destinada a diversos usos, tipo granero] para entrenar circo, algo común en Argentina. Primero convenció a Julián y a Bugo y después nos lió a todos. Y nos pusimos a buscar espacio, buscando un lugar para vivir y entrenar. Al principio éramos Tincho, Fa, Ale, Juli
-todos argentinos-, Bugo -italiano- y yo -la "gashega".
Yo personalmente
llevaba mucho tiempo haciendo cositas de payasa y animación. Al llegar a Madrid me apunté a Carampa y a la EMCA, donde hice aéreos, acrobacia excéntrica,
pantomima, etc. Aquellos días yo salía con Julián, que me propuso formar parte de esto; sé que fue porque era la única que en
aquel momento tenía un contrato de trabajo en vigor que nos pudiera
hacer de aval, pero aquí sigo.
¿De dónde viene el nombre?
Cuando
ya entramos en la nave, había un cartel de "se alquila" muy cutre que
estaba pintado por detrás de lo que había sido un cartel promocional de
un libro "La Pértiga del Funambulista" (Berta Tabor, 2007). Cuando nos pusimos a buscar el
nombre para la Asociación, y después de pensar mil y uno, decidimos que
"La Pértiga" no estaba mal y tenía un punto. Y ahí realmente nació "La
Pértiga" como tal.
¿Habeis tenido problemas legales al crear y desarrollar el espacio?
Por
ahora no, toca madera. Yo me he hecho en este tiempo un máster de
"Trámites con la Administración" y por ahora tenemos todos nuestros
papeles en regla. Nosotros funcionamos para dentro, todo se hace por y
para los socios. Es un espacio privado, además de Asociación si Ánimo
de Lucro. Pero bueno, fueron muchos paseos por pasillos con mi carpetilla
para tenerlo todo claro.
Sí tuvimos problemas técnicos, sobre todo con la instalación de luz y agua.
El
dueño nos dijo que era sólo hacer una llamada y dar el alta, pero resulta que la instalación estaba vieja y había que hacer de nuevo el
armario de la luz y Fenosa nos estuvo dando vueltas durante un par de
meses o 3 que fueron un infierno. Imagínate: invierno, en Madrid, sin
luz, ni calefacción, ni agua caliente... Yo me iba a duchar a Carampa
porque en aquella época trabajaba en una productora y tenía que tener
una imagen medio presentable.
¿Por qué dar clases de circo?
Porque
hay demanda, básicamente. En principio el tema de la Asociación lo
pensamos para nosotros, ensayar, entrenar, tener nuestras cosas. Poco a poco vino gente preguntando por el espacio para impartir clases.
Nos lo planteamos y ahí fuimos, de cabeza. Realmente no tenemos un
planteamiento de Escuela de Circo como puede tener Carampa, nuestros
cursos son cosas chiquititas, gestionados por los profesores, según
van saliendo, no hay un plan de estudios ni nada por el estilo. De hecho
en algunos de los talleres somos alumnos los de la casa y un par más. Pero
no nos consideramos Escuela de Circo ni funcionamos como tal, eso lo
dejamos para nuestros hermanos mayores. Nosotros nos llevamos un
porcentaje de lo que saca el profesor, que da para cubrir gastos y poco
más. Los profesores definen los horarios, precios, duración y contenido de
la clase, según sus propios criterios.
La Pértiga en sus primeros días
¿Qué ideas iniciales habéis mantenido y cuáles habéis tenido que cambiar?
Pues
relacionado un poco con esto de las clases, lo de que la nave sea
estrictamente nuestra. En principio iba a ser para nosotros, pero nos
hemos ido abriendo a más usuarios y cursos. A día de hoy la nave
ya no es nuestro hogar, es un espacio en el que hay más gente de fuera
que de la casa. No te niego que a veces la atravieso en bata y pantuflas
si hace falta pero bueno, te cuidas más y no es lo mismo que ser sólo
los de la casa. En ocasiones da pereza, si te has
acostado tarde, despertarte a las 10 con la música de la gente que
entrena. Pero estamos contentos con los cambios que han ido viniendo, nos adaptamos.
¿Algún proyecto interesante que os hayáis quedado con ganas de realizar? La
nave iba a tener un estudio de sonido, para sala de ensayo de música y
grabaciones. Esto es porque Juli, uno de los socios fundadores, es
técnico de sonido y era su idea inicial. Cuando vimos que el proyecto
era irrealizable, por caro, complejo y por restar mucho espacio
a la nave, decidió desvincularse del proyecto para buscar
donde montar su estudio. Actualmente lo tienen, muy cerquita de aquí,
Colectivo CenikaBuena y Chiplab, y nos siguen echando una mano con la
parte técnica de los cabarets, así que al final fue para bien. Aparte de eso, pues tenemos ganas de tener un suelo como
Dios manda, recto, liso y de tarima flotante, y una calefacción guay, aunque es un tema muy caro y
complejo.
Los
cabarets se han consolidado como algo fijo en la programación circense
madrileña, ¿Estáis contentos con cómo van funcionando? Sí,
siempre estamos contentos con los Cabarets, venga más o menos gente. De media vienen unas 50-60 personas, que son casi fijos, aunque el aforo varía cada vez, es imposible de prever. Ahí seguimos, mes tras mes. Los números son estupendos, puedes
ver premieres de lo que están creando los artistas y eso me
parece muy interesante. Otro punto que tenemos muy en cuenta es que los
artistas estén contentos y puedan desarrollar su trabajo cómodamente y
se sientan valorados. Procuramos que, ya que no están siendo pagados, se sientan bien tratados, respetados como personas, artistas y profesionales. Por eso somos muy estrictos en la preparación
previa de los cabarets, con las pruebas escalonadas y unos tiempos
medidos de prueba de sonido y luz. Yo soy muy maniática con eso, porque
vengo del Cine y ahí las cosas van así, súper cronometradas. Por otro
lado a mí, como artista, lo de llegar a probar a un sitio y que todo sea caótico me pone muy nerviosa y me
afecta a la hora de actuar. También les damos de cenar y de beber y se
respira buen ambiente. Creo que por eso los cabarets molan tanto, porque
todo el mundo está feliz. Los próximos van a ser el 11 de diciembre y el 8
de enero. ¡Esperamos que se peten!
La Pértiga en la actualidad
¿Por qué creéis que hay tan pocos sitios dentro de Madrid capital donde se pueda entrenar y programar circo? ¿Tan
pocos? Creo que os quejáis de vicio. En toda Galicia -yo soy de allí-
no hay ni la mitad de lo que tenéis aquí en Madrid: Carampa, el
Price, Charivari, Fedriani, Tabacalera, Los Jacintos, mil sitios donde estudiar clown, tantos que
ya me pierdo, etc. Y a unos pocos km. El
Circódromo, Arribas, Bon Site, CircoDiverso... ¡Son un montón!.Está
claro que siempre querríamos más, sobre todo si te comparas con otros países. Pero no, no son pocos, y además, somos cuatro gatos en el circo. Cuatro gatos majísimos y con muchas ganas de hacer cosas y que nos
movemos un montón, pero al final nos conocemos todos aunque sea de
oídas.No creo que haya público ni demanda para mucho más. De hecho,
nosotros cuando hemos montado aquí espectáculos unipersonales no hemos
conseguido atraer a gente suficiente para que resultara rentable abrir
la nave, por eso hemos dejado de hacerlos prácticamente. Aunque
queremos darle una vuelta y volverlos a hacer, porque es otro tipo de
propuesta escénica diferente al cabaret que nos interesa bastante. De hecho, el próximo fin de semana hay un espectáculo unipersonal programado.
¿Cómo es la situación actual de La Pértiga? De los iniciales sólo quedamos Ale y yo. El
resto se han ido desperdigando por el mundo y aunque pasan por aqui
siempre que vienen a Madrid, los derroteros de la vida los han llevado
por otros lados.
En lo económico,
como siempre; manteniéndonos, intentando invertir y mejorar pero sin
muchas posibilidades de hacerlo, la verdad. Pagamos un alquiler muy alto
(debido a la ubicación y a que nos la metieron doblada), dos seguros, y
no tenemos demasiados ingresos. En cuanto a recursos humanos somos los
de la casa y cada vez más socios, y con eso sí que estamos contentos,
porque son más manos a la hora de trabajar y más cabezas a la hora de
pensar. Apoyos no tenemos más allá de nosotros, que financiamos todo lo
que hay aqui con la pasta que sale de cursos, entrenos y cabaret, más lo
que aportamos de nuestro propio bolsillo mes a mes en forma de alquiler
(los que vivimos aqui) o de cuota de socio. Quizás debiéramos buscar
mecenas o subvenciones, pero nos gusta ser así, independientes y un poco
underground.
¿Proyectos futuros?
¡El
suelo! ¡La calefacción! La verdad a mi me gustaría ir
evolucionando y dentro de unos años, cuando ya no quiera vivir en una
nave fría y llena de gente, poder alojar a compañías para que hagan sus
creaciones, o a alumnos de Carampa, para que tengan un sitio barato
donde vivir y entrenar. Pero bueno, por ahora seguir mejorando, invirtiendo en
material para los entrenos y los cabarets. Por cierto, aceptamos
donativos: sillas plegables y focos nos vendrían estupendamente.
¿Qué le recomiendas a alguien que quiera montar una nave de circo? En primer lugar que tiene que estar muy seguro de lo
que quiere hacer, asesorarse bien legalmente y por un arquitecto o
albañil antes de firmar un contrato. Nosotros no lo hicimos y aún
estamos pagando el pato por un par de cláusulas abusivas que nos
metieron. También que tenga claro que esto aporta mucho pero hay que dedicarle
mucho trabajo y mucho tiempo, y a veces no es tan gratificante como
debiera. En una nave hace frío (en todas),
hay mucha gente, las cosas se desordenan, se pierden o se rompen y nunca
ha sido nadie, pero que si consigues
superar las adversidades, te vas haciendo fuerte. Y que antes de
montárselo por su cuenta miren si hay proyectos chulos que les puedan ir
bien, porque a veces ya hay algo montado y puedes subirte al carro, que
es mucho más cómodo, creo yo, que empezar de cero.
Por último me gustaría resaltar que en La Pértiga no somos sólo una
Asociación, somos una Comunidad, prácticamente una Familia, y que estoy
súper contenta y orgullosa de formar parte de ella.
Itinerante,
es
el
primer
adjetivo
que
rebota
en
nuestras
mentes
cuando
pensamos
en
arquitectura
circense
contemporánea.
Envolventes
dinámicas
de
carácter
temporal
que
brotan
de
forma
libre
y
espontanea.
Espacios
palpitantes
habitados
a
ratos
cuya
esencia
misma
versa
sobre
su
fugacidad
y
su
ulterior
auto
consumación;
una
vez
cumplida
su
mirifica
función
se
extinguen
sólo
por
momentos
para
posteriormente
volver
a
emerger.
Son
volúmenes
que
responden
entre
otras,
a
una
de
las
soluciones
arquitectónicas
más
primigenias:
reunir.
Se
trata
de
una
arquitectura
efímera,
que
pese
a
su
carácter
circunstancial,
ha
sido
siempre
una
arquitectura
relevante
y
recurrente.
Es
durante
el
Renacimiento
y
especialmente
el
Barroco
cuando
la
arquitectura
de
carácter
temporal
y
las
construcciones
con
materiales
maleables
alcanzan
su
periodo
de
madurez.
Estructuras
livianas
y
edificaciones
provisionales
se
erigen
inmersas
en
el
auge
de
las
artes
figurativas
y
otras
artes
efímeras
como
la
música,
la
danza
o
el
teatro.
Lo
rápido
e
improvisado
se
superpone
a
lo
dificultoso,
lo
lento
y
lo
costoso
de
tal
forma
que
el
trampantojo
y
los
grandes
montajes
de
escenografías
y
fastuosos
decorados
suplantan
a
lo
real
y
enmascaran
frágiles
obras
pasajeras
destinadas
a
desaparecer
tan
pronto
hubiesen
cumplido
su
función.
En
lo
efímero,
cada
época
ha
materializado
su
idea
de
celebración
empleando
las
técnicas
y
materiales
disponibles
del
momento.
Así,
en
la
segunda
mitad
del
siglo
XVIII
se
generalizaron
los
circos
de
madera
desmontables
y
a
principios
del
siglo
XIX
se
iniciaron
las
construcciones
con
lonas
sostenidas
por
mástiles.
Éstas,
en
un
principio
eran
una
simple
carpa
sostenida
con
un
mástil
central,
sin
embargo,
se
llegaron
a
hacer
de
hasta
tres
pistas
circulares,
multiplicándose
el
número
de
mástiles
a
la
vez
que
aparecía
el
faldón
perimetral
de
las
lonas.
Hoy
lo
efímero
sigue
proyectando
estas
funciones
lúdicas
y
experimentales
que
se
generan
a
partir
de
las
nuevas
dinámicas
de
la
sociedad
postindustrial.
Contemplan
el
cambio,
el
movimiento,
la
fugacidad
y
la
mutabilidad
y
abren
el dialogo
entre
el
espacio
público
y
la
participación
social.
Se
orientan
no
necesariamente
a
lo
duradero,
sino
más
bien
al
tránsito
en
el
tiempo,
el
funcionar,
el
no
molestar,
el
agradar,
el
simplemente
estar,
hasta
acabar.
El
circo
es
la
ingeniería
de
lo
móvil,
se
desplaza,
cambia
de
forma
y
renace
en
diferentes
fragmentos
del
tejido
urbano
el
cual
es
en
cambio,
un
esqueleto
fijo,
preciso
y
delimitado.
Por
definición
pudiesen
parecer
dos
conceptos
antagónicos,
sin
embargo
arquitectura
y
circo
se
intersecan
también
para
generar
espacios
permanentes
inscritos
dentro
de
la
estructura
urbana.
En España
se
construyeron
numerosos
Teatros
Circo
durante
las
dos
últimas
décadas
del
siglo
XIX,
convirtiéndose
el
Teatro
Circo
Price
de
1880
en
un
referente
tipológico
para
muchos
de
los
que
se
levantaron
en
el
país.
La
peculiar
historia
del
actual
Teatro Circo Price
cuya
vida,
paradójicamente,
se
dibuja
como
itinerante,
se
remonta
a
mediados
del
Siglo
XIX
cuando
Thomas
Price,
acróbata
y
domador
de
caballos,
adquiere
un
terreno
en
el
Paseo
de
Recoletos
(espacio
que
hoy
ocupa
el
Palacio
de
la
duquesa
de
Medina
de
las
Torres,
actual
sede
de
la
Fundación
Mapfre)
y
monta
una
sencilla
estructura
para
ofrecer
espectáculos
de
caballos
y
acrobacias.
El
apogeo
de
las
artes
circenses
en
esa
época
y
la
amplia
oferta
lúdica
y
cultural
de
la
ciudad
condujeron
al
irlandés
a
aventurarse
en
1868
con
la
edificación
del
primer
Circo
de
Price,
proyecto
del
arquitecto
Pedro
Vidal.
El
resultado,
inspirado
en
el
Circo de Invierno de París,
fue
un
edificio
de
estilo
clasicista (ver imagen 1),
de
planta
octogonal
construido
en
su
mayor
parte
de
madera.
Destacan
los
pilares
dóricos
(1)
adjuntos
a
cada
una
de
las
aristas
del
volumen
principal
de
tal
forma
que
se
crea
la
sensación
de
espacio
circular,
abarcando
el
máximo
de
superficie
con
el
mínimo
perímetro.
Vanos
mezaninos
cuadrangulares
(2)
se disponen
ordenadamente
alrededor
de
toda
la
fachada
del
volumen
que
envuelve
la
pista
circular
de
aproximadamente
13
metros
de
diámetro
y
que
a
su
vez,
sostiene
una
cubierta
piramidal
(3)
rematada
con
una
linterna
(4).
La
circulación
en
el
interior
del
edificio
se
solucionó
con
corredores
circulares
y
el
acceso
a
las
gradas
por
vomitorios
(5).
Al
volumen
principal
además,
se
añade
otro
en
la
parte
posterior
destinado
a albergar
los
camerinos
para
actores
y
las
cuadras.
Imagen 1. Primer Circo Price (1868). Click para ampliar
El
éxito
de
este
circo
fue
tal
que
10
años
después
se
comienza
un
segundo
proyecto,
esta
vez
sobre
el
papel
del
arquitecto
Agustín Ortiz de Villajos.
La
piel
del
Price
se
traslada
a
la
Plaza
del
Rey
(actual
localización
del
Ministerio
de
Cultura)
y
en
1880
se
inaugura
con
un
increíble
cartel
de
artistas,
un
edificio
de
planta
octogonal
y
estructura
de
hierro
forjado
(ver imagen 2).
Resalta
su
elegante
fachada
principal
construida
en
ladrillo
y
granito,
de
estilo
neomudéjar-plateresco
con
elementos
arquitectónicos
característicos
de
la
arquitectura
festiva
española
de
finales
del
siglo
XIX
y
principios
del
XX,
el
ajimez
(6),
los
arcos
de
herradura
(7),
el
arco
túmido
(8)
o
los
medallones
con
caballos
en
relieve
(9).
La
cubierta
de
teja
y
hierro
cobija
la
pista
central
de
aproximadamente
14
metros
de
diámetro
y
las
localidades
distribuidas
alrededor
de
esta
en
dos
pisos.
El
edificio
conserva
el
nombre
de
su
fundador,
Price,
aunque
también
se
le
conocía
en
la
época
como
el
Circo
de
Parish.
En
múltiples
ocasiones
se
usará
también
como
cine
y
teatro
por
lo
que
también
se
le
conocerá
como
el
Teatro
Circo
Price.
Imagen 2. Segundo Circo Price (1880). Click para ampliar
El
declive
de
la
actividad
de
este
edificio
se
producirá
con
el
comienzo
de
la
Guerra
Civil
que
provocará
importantes
daños
durante
los
bombardeos
en
el
asedio
a
Madrid.
A
pesar
de
ello,
se
reconstruye
y
reabre
sus
puertas
tras
la
guerra,
sin
embargo
breve
es
su
último
momento
de
esplendor
previo
a
su
clausura
definitiva
y
demolición
en
1969.
Han
de
pasar
entonces
más
de
30
años
para
que
el
Teatro
Circo
Price
se
reinvente
una
vez
más
y
abra
un
nuevo
capítulo
en
la
historia
de
las
artes
escénicas
en
Madrid.
Se
emprende
así
en
el
año
de
1999
el
proyecto
del
actual
Teatro
Circo
Price
diseñado
por
el
arquitecto
Mariano
Bayó,
en
esta
ocasión
situado
en
el
abandonado
edificio
de
la
Fábrica
de
Galletas
Pacisa,
en
la
Ronda
de
Atocha.
El
conjunto,
inaugurado
a
finales
del
2006,
está
formado
por
seis
edificios:
el
edificio
de
acceso
principal
que
acoge
las
taquillas,
tienda,
cafetería
y
salas
de
exposiciones;
el
edificio
circular
que
envuelve
la
pista,
el
edificio
de
trasescena,
el
edificio
administrativo
que
incluye
el
aparcamiento
y
el
área
de
carga
y
descarga
y
finalmente
el
edificio
de
oficios,
talleres
y
zona
preparatoria
del circo (ver imagen 3).
La
fachada que
observamos
desde Ronda
de Atocha
data
de
principios
del siglo
XIX
y
se
corresponde
con
la
fachada restaurada
de
la
antigua
fábrica
de
galletas,
una
construcción
influida
en
parte
por
la
arquitectura
ferroviaria
de
la
época,
levantada
en ladrillo
y
de
estilo
ecléctico
con
elementos
clásicos
y
neomudéjares.
El
principal
elemento
del
complejo
es
el
tambor
(10),
que
actúa
como
eje
regidor
de
los
diferentes
espacios
que
le
rodean.
El
muro
vítreo
que
cierra
el
cilindro
se
proyectó
como
elemento
sugerente
con
el
fin
de
que
su
presencia
suscitará
la
curiosidad
por
lo
que
bulle
en
el
interior.
Los
colores
iridiscentes
y metalizados
de
los
mosaicos
de
vidrio
de
murano
(11)
provocan
junto
con
el
juego
de
luz
natural
una
metáfora
estética,
creando
destellos,
reflejos
y
sorpresas
tan
llamativas
como
las
lentejuelas
mismas
de
las
distintas
vestimentas
de
los
actores.
Imagen 3. Tercer Circo Price (2006). Click para ampliar
Hoy
el
Price
es
sin
duda
un
ejemplo
de
vitalidad
donde
se
conjugan
la
arquitectura
y
el
circo,
lo
fijo
y
lo
móvil,
lo
urbano
y
lo
extra
urbano.
Es
un
espacio
que
a
la
vez,
constituye
un
importante
emisor
de
datos
que
nos
muestran
significados
dispersos
y
complejos
sobre
nuestra
manera
de
habitar
el
mundo;
y
en
tiempos
de
veloz
evolución
donde
no
hay
cabida
para
la
sedimentación
de
ideas,
resulta
casi
inevitable
echar
a
volar
la
imaginación
y
cuestionarse…
¿cómo
será
dentro
de
300
ó
500
años,
el
artefacto,
la
mixtura
entre
tecnología
y
arquitectura
que
se
ponga
al
servicio
del
circo
y
dé
continuidad
a
la
fascinante
tradición
circense
que
encierra
Madrid?
Influencia Magazine es una revista digital dedicada a la música. Además de reportajes y noticias de todo tipo, organiza algunos eventos muy atractivos.
En esta ocasión han decidido hacer una combinación de éxito: música + circo. ¿Y qué mejor combinación que la del grupo Papawanda con el acróbata Wilbur?
Papawanda es una banda madrileña camino de su segundo disco. Su música es animada y divertida, de esas que te obligan a bailar aunque no estés de humor. Contagiosa y pegadiza. Sus componentes sienten, además una afinidad con el mundo del circo, ya que tocaron en el 7º EUCIMA (Encuentro Universitario de Circo de Madrid) y el videoclip de su "canción del sol" está situado en pleno festival circense. Era por tanto inevitable que acabasen realizando eventos diferentes, mezclados con el circo.
Juntarse con Wilbur es ir a lo seguro. Es un personaje disparatado, de vitalidad extrema, siempre arriba. Sus acrobacias y actuaciones llevan a un resultado inevitable: la risa. La carcajada casi constante durante su espectáculo, que va generando un ejército de rendidos fans deseando verle de nuevo.
Ya sabéis, por sólo 6 € podremos disfrutar de una divertidísima noche de música y circo. La combinación ideal para el día 7 de noviembre por la noche, en la sala Moondance de Madrid.
Ocurre que un día, de la forma más inesperada, entre los cientos de actuaciones que has visto, una te marca. Fue en la EJC de Irlanda de 2014, ese día anunciaba el programa que habría una actuación de un tal Darragh McLoughlin, dentro del día irlandés. Con la rutina de un gran encuentro, vas a ver todo espectáculo programado casi por inercia, a ver qué ves. Y llega un artista y lo rompe todo.
Con el recuerdo de aquella actuación que tanto me marcó y tan fija se me quedó en la memoria, me entero que Darragh McLoughlin va a actuar en Madrid. Forma parte de un ciclo de teatro llamado "The best of BE", lo mejor del festival BE de Birmingham, que han tenido a bien en traerlos a Madrid.
Así, recordando las ganas de volver a ver este espectáculo, he acudido al Teatro de la Abadía y me he sentado en mi butaca. Y he vuelto a disfrutar como un enano.
This is a whistle
When I blow my whistle,
you have to close your eyes
When you hear it again,
you may open them
Es una premisa sencilla, como las de las ideas geniales. Suena el silbato y cierras los ojos. Suena otra vez y los abres. En ese lapso en el que estás con los ojos cerrados, en escena suceden cosas, la línea temporal del espectáculo gira, salta y se entrecruza. Es como el espacio que hay entre las viñetas de un cómic, como los anuncios en una serie, la elipsis llevada al máximo. La clave está en que al volver a abrir los ojos, nada es lo que debería ser, el tiempo ha dado un salto hacia delante, o hacia atrás, o ha sufrido un dejà vu, o se ha roto del todo y ante nosotros aparece algo inesperado.
La simple construcción de una hilera con bolas de malabares, se ve interrumpida varias veces por el silbato. El espectador asiste fascinado al camino que va siguiendo esa hilera, y las situaciones absurdas que se llegan a vivir. Darragh juega a eso, a lo inesperado, a manejar el tiempo de forma imprevisible, siempre sacando una carcajada por el descubrimiento al abrir los ojos.
¿Cómo es una rutina de malabares en la que un silbato te obliga a cerrar los ojos en determinadas partes? Pues fascinante. Ese hueco de oscuridad hace al espectador partícipe de su propio espectáculo, uniendo mentalmente en ese intervalo las imágenes que sí se le permiten ver. ¿Y si hago trampas y no obedezco al silbato? Darragh también ha pensado en eso y depara algunas sorpresas.
Como malabarista además nos ofrece unas imágenes muy cuidadas. Desde cosas sutiles formando estructuras temporales con bolas, a trucazos bien manejados. Es la formación que arrastra este irlandés tras su paso por Berlín y por ACAPA (Holanda), su investigación posterior como Squarehead Productions. El resultado mereció se partícipe del Circus Next en 2013-2014, que financia proyectos artísticos diversos.
En definitiva, una de esas obras diferentes, que consiguen sorprender a cada minuto y cuyas posibilidades no parecen acabarse. Bien por ese espacio en negro que lo llena todo entre escenas.
Seguimos con la fantástica crónica de la EJC que tuvo lugar este verano en Bruneck (Italia), redactada por Carlos Such. Ahora más centrada en los espectáculos. (ver aquí la primera parte)
Foto: Luke Burrage
Para
empezar, de nuevo un chapeau
enorme al equipo de programación de espectáculos. No se pecó ni de
un exceso de programación ni cayeron en el error de quedarse cortos.
Hubo
dos grandes galas, aparte de los espectáculos que luego
detallaremos: la Gala de apertura, que se celebró en un escenario
en el centro de la ciudad, tras el concurrido pasacalles; y una Gala
final (tres pases con los mismos números) en el Big Top.
En
la Gala de apertura se vieron muchos y muy buenos malabares: Con
mazas, el suave y cuidado número de Svetlana Zueva; después Anni
Küpper demostrando una vez más estar a un altísimo nivel; un Jimmy
González que levanta al público con su baile y sus malabares de
arcilla; Eric Longequel un poco fallón con su número de diábolo;
de nuevo Eric acompañado de Neta Oren consiguiendo maravillar al
público con un número de movimiento, bolas y lanzamientos
imposibles; un dúo cómico de trapecio, con un toque original por
parte de las Passe Pieds; otro dúo, pero esta vez de diábolo, de
Alexis Levillon y Victor Debouvère que mostraron una estética
clásica con trucazos increíbles; y por último el presentador y
malabarista Jon Udry, que amenizó perfectamente la Gala.
La
Gala final, mucho más variada que la Gala Open, se realizó en una
enorme carpa con escenario circular. De las cosas que más llamaron
la atención fue lo cuidado que estuvo el tema de las luces. Cosa
poco común en este tipo de eventos. Duró algo más de dos horas con
descanso de por medio, y no dejó el listón nada bajo, ¡a ver qué
montan en Almere 2016!
Las
grandes triunfadoras de la Gala fueron Nata Galkina y Lisa Rinne. La
primera, con un número nada clásico de antipodismo. Maravilló no
sólo con su técnica sino con un peculiar personaje que ha trabajado
durante este año en la escuela francesa de Le Lido. Por su parte
Lisa, que entre otros muchos premios tiene una medalla de plata del
Festival de circo Demain (París, Francia), fue la típica
desconocida en el mundo de los malabares que dejó boquiabierto al
público. La verdad es que nadie se esperaba un número de escalera y
trapecio volante tan cañero y arriesgado.
Nata Galkina. Foto: Luke Burrage
Tony
Pezzo no defraudó y abrió la función con su mix de bolas, mazas y
aros. Aunque si tengo que elegir entre uno de los dioses Wes, Patrick
o él, me quedo antes con los otros dos. Jacob
Sharpe mucho mas limpio en escena de lo esperado. Con su personaje
yankee que no se debe alejar mucho de su propia personalidad, llegó
a lanzar hasta cuatro diábolos, aparte de otros trucos que sólo los
diaboleros saben explicar.Olena
y Svitlana es un número imposible de passing y monociclo, o más
bien, de passing en monociclo. Dos jóvenes que apenas rozan la
mayoría de edad y manejan ya un nivel de passing desorbitado. Lanzar
diez mazas subidas en monociclos no parece especialmente sencillo.Aimé
Morales, sobresaliente, como es habitual en él. Y como también
suele ocurrirle, los técnicos de luces se encargaron de estropearle
el número en algún pase. A pesar de ello, numerazo de rueda cyr
para la Gala de la EJC.Miguel
Gigosos volvió a mostrar sus lanzamientos imposibles que sólo él
entiende. Además ahora hace una entrada mucho más bonita en escena
y el número sigue mejorando.
Aimé Morales. Foto: Luke Burrage
Dúo
TAU y Dúo Full House fueron los números más flojos de la gala. Los
primeros hicieron una mezcla de antipodismo y robos con bolas, que no
estuvo mal pero se vieron ligeramente eclipsados por el alto nivel de
la gala. Los segundos, una pareja cómica que jugaban con el
lenguaje y los tópicos mientras hacían robos de mazas y alguna que
otra acrobacia.Stanislav
Vysotskyi, para quien no lo haya visto nunca es un malabarista de
pies. Juega maniatado y maneja los pies mejor de lo que utilizamos
algunos las manos.
El
pseudopresentador fue Gregor Wollny. Fue una apuesta arriesgada de la
organización, ya que no es el clásico presentador que sale entre
número y número, pero lo hizo fenomenal. Tuvo en cuenta que actuaba
en un espacio circular y jugó mucho con ello. Sus intervenciones
fueron cortas y cuidadas, evitando utilizar cualquier idioma para no
perder ni ritmo ni atención.En
definitiva, una gala de altísimo nivel que nada tiene que envidiar
de muchas grandes producciones.
Otros
espectáculos programados fueron la Gala de escuelas, la Gala
italiana, el espectáculo de Cie De Fracto “Flaque” y Mathias
Romir con “Life is short stories”. Quizá la más floja fue la gala italiana, con un nivel por debajo de las expectativas, pero las demás sí ofrecieron espectáculos atractivos.
Olena y Svitlana. Foto: Luke Burrage
La
gala de escuelas es algo atractivo que estaría bien mantener en
futuras EJC’s. Me parece interesante poder ver números muy
distintos, cada uno con su toque personal y con el sello de su propia
escuela. Todos ellos reunidos en un espacio de intercambio poco
acostumbrado a ver este tipo de creaciones noveles.La
gala, a pesar de tener varios altibajos mantuvo un buen ritmo. De
ella destacamos que hubo dos números de españoles, el de Daniel
Tamariz representando a Carampa y el de Máximo Pastor por la escuela
belga ESAC. Sin embargo, fue Lucas Castelo, de Le Lido (Toulouse)
quien se llevó la ovación de la noche con su número de bolas.
Mathias
Romir encandiló al público con su creación. Pequeños y cuidados
detallitos audiovisuales se entremezclan con los malabares y la
manipulación. Una auténtica delicia de espectáculo que el público
agradeció ver.
Por
su parte, Cie. De Fracto vivió sensaciones muy diferentes en los dos
pases que hicieron de Flaque. En la primera, -la que yo vi- se vivió
una especie de supervivencia escénica. La temperatura de la carpa
alcanzó los cuarenta grados; mucho público no aguantó el calor y
fueron constantes las entradas y salidas a la carpa. Todo ello
mientras Guillaume y Eric aguantaban estoicamente en escena. La
segunda función, mucho menos extrema, levantó al público e hizo
quitarse a los artistas la espinita del primer pase.
Pero
antes de terminar no podemos olvidar muchas de las cosas que
ocurrieron en la EJC 2015, como las descafeinadas olimpiadas en las
que ni tan siquiera pudimos disfrutar del equilibrio de maza,
gladiator y otros clásicos; o la asentada Batalla de diábolos que
Wis y compañía montan con todo el cariño y cada año coge mas
forma; el entretenido y bien recibido pasacalles por el centro de la
ciudad que siempre deja atónito al público local funcionó una vez
más aquí; o la Fight night, que ya es un macroevento al más puro
estilo televisivo, en la que por primera vez -que yo recuerde-, no
ganó Jochen. Y por supuesto, una gala de fuego en el centro del
pueblo en la que no cabía un alma.
En
resumidas cuentas, ojalá se mantenga este nivel organizativo en
Almere 2016 y podamos seguir disfrutando de este tipo de encuentros.
Gracias
Bruneck.
¡Larga
vida para las EJC!
Lanzada. Foto: Luke Burrage
Si queréis ver el magnífico álbum de fotos de Luke Burrage, haced click aquí.