Finaliza el entrenamiento y, todavía
con la ropa de faena, aparece con una sonrisa por la cafetería del
Price. Eric Bates (Vermont, EEUU) llama rápidamente la atención por
su altura y constitución de atleta, porta una buena sonrisa y una
camiseta de Circus Smirkus. En dos horas saldrá a escena con Les 7 Doigts de la Main en su espectáculo Séquence 8.
Contesta a las preguntas con decisión, con su voz fuerte y directa,
acompañando con movimientos de sus grandes manos. Está relajado y
ríe a menudo, se le nota feliz con lo que hace.
Ya ha recibido entrevistas antes, eso
se agradece. Algunas muy completas como aquella en El Circense que da
una buena idea de sus inicios. Aún así él rememora esos momentos:
“No recuerdo cuando aprendí a hacer malabares, debía ser muy
pequeño (…). Tenía mucha suerte porque en verano pude ir a los
campamentos que organizaba Circus Smirkus en Vermont, y por tener
unos padres que siempre me apoyaron”. Es el comienzo de la historia
de un joven que, enamorado del circo, inicia sus estudios en
Bussiness en la Universidad de McGyll en Montreal, sabiendo
que es una ciudad repleta de circo. La idea de esta carrera era
acabar dirigiendo un circo “pero luego me di cuenta que lo que
quería era actuar, es lo que había hecho toda la vida, en todos mis
trabajos de verano”. En esa decisión influyeron shows como Rain
de Cirque Eloize y Traces de Les 7 Doigts de la Main, “cuando
vi ese nivel de técnica con esa conexión emocional, me dije que
quería hacer eso”. Así, dejó la carrera en su segundo año y se
inscribió en la Escuela Nacional de Circo de Montreal. “Aunque en
un futuro me gustaría acabar la carrera, esos conocimientos me
pueden resultar útiles si decido montar una compañía o un
espectáculo”, aclara.
En ese momento comienzan tres años de
formación, donde un joven deportista aficionado al ski, al ajedrez y
al rugby se vuelca en el circo. Toda esa base atlética ayuda, sin
duda, y sobre el rugby añade: “es cosa de mi padre, que nos
aficionó, casi nadie lo practica en EEUU. Hace unos días conocí a
unos jugadores de aquí de Madrid y estuve un rato jugando con ellos,
muy divertido. Es un deporte con una gran comunidad, como el circo”.
Y pone ejemplos: “en cualquier país que vamos [con el espectáculo]
siempre hay gente que nos invita a su escuela o su encuentro, como
aquí, que visitamos Carampa”.
En estos años de aprendizaje trabaja
tremendamente la técnica, añadiendo habilidades como acróbata. “Me
gustaría serlo de verdad, medir 20 cm menos y poder dar todas esas
volteretas y saltos que hacen mis compañeros. Lo practico por
diversión, como el breakdance, paso horas viendo vídeos de esta
gente en Youtube, me encanta”. También pudo aprender a ser portor
en la barra rusa, disciplina que practica junto a Alexandra Royer y
Tristan Nielsen. “Comenzó como una práctica en tiempo libre de la
escuela, como un entretenimiento (…) Es una disciplina clásica que
no se deja ver mucho en el circo moderno, queremos ver si se puede
evolucionar. Estamos probando darle movimiento, baile sobre la barra,
cambios, carreras, cosas nuevas. Es duro, pero si lo haces bien no
sufre la espalda, es peor ser el ágil, las articulaciones sufren
mucho”, explica Bates.
Es un afortunado, y él se siente así.
Junto con otros siete compañeros de promoción, fue seleccionado por
Les 7 Doigts de la Main para crear “Séquence 8”, un nuevo
espectáculo. Un show de creación conjunta, bajo la mirada de los
directores Shana Carroll y Sébastien Soldevila, el cual está
funcionando tremendamente bien en sus más de 150 actuaciones. Es su
espectáculo, donde se conjuga una grandísima técnica con
acrobacias, danza y humor. “Trata sobre relaciones y momentos, de
las conexiones entre personas y sus reacciones, pero menos concreto,
expresado a través del circo, por eso es tan potente para el
público”, comenta Bates. Y añade: “el humor es una buena forma
de expresar cosas y conectar con el público. (…) además entre el
llanto y la risa hay una fina línea, como si estuvieran en la misma
zona del cuerpo, es una buena forma de contactar con esos
sentimientos”.
Un gran espectáculo que le ha servido
para crear un precioso número colaborativo de malabares con cajas de puros premiado
en 34ª edición del Festival du Cirque de Demain, uno de los
más prestigiosos del mundo. “Fue muy estresante, algo así como
que te están juzgando, no estás ahí para entretener (…), el
circo para mí no es para competir con otros, es más para compartir
tu pasión y disfrute con el público” recuerda el artista. Al día
siguiente actuaron para el famoso programa de televisión Le Plus
Grand Cabaret du Monde, “fue muy sencillo en comparación”.
Aunque él guarda una actuación muy especial: “Me acuerdo
especialmente el estreno de Sèquence 8 en Lyon, en un coliseo
con miles de espectadores, al final se pusieron todos en pie y entre
aplausos nos tiraban los almohadones de los asientos en una gran
lluvia, fue muy emocionante”, recuerda con una sonrisa.
Pero si Eric Bates ya era conocido en
los foros de malabarismo era por su habilidad con las cajas de puros
(o cigar boxes), una disciplina clásica que él ha dado una
vuelta de tuerca, modernizándola. “Comencé porque casi nadie las
practicaba, pensaba que en el resto de disciplinas estaba ya todo
inventado, me parecía un buen sitio para investigar y crecer”,
recuerda. Dominando ya los trucos clásicos a los 15 años, por lo
que buscó en Internet vídeos, encontrándose con los japoneses. Es
allí donde se gesta la revolución de las cigar boxes, donde están
todos los grandes contemporáneos en la materia. “Ellos ofrecen
continuidad, no vuelven al clásico patrón horizontal de tres cajas,
si no que enlazan trucos y movimientos sin pasar por éste”. Él es
un rara avis entre los occidentales, y es consciente de su
toque personal diferente del oriental, aunque está entusiasmado con
conocer a los malabaristas de cajas japoneses. “Aprendí más en
una semana con ellos que en varios meses yo solo. Están
entusiasmados, hay una gran comunidad con grandes ideas y entrenan
muchísimo”, explica Bates, que confiesa una ilusión: “Estoy
estudiando japonés en mi tiempo libre para poder ir allí en
primavera. Quiero conocer a toda esa gente que está lanzando cosas y
ser parte de ello”.
Así, este artista polifacético, que
se considera antes que nada un malabarista de cajas de puros,
comparte sus reflexiones y su historia: relajado y con sonrisas
frecuentes. Al rato aparece en la mesa de al lado su compañero
Tristan, al que saluda afectuosamente aunque se acaban de ver. La
entrevista finaliza con la pregunta obligada.
¿Qué es para ti el malabarismo?
[sonríe, piensa un momento]
... Beautiful problems.
Para saber más:
- Entrevista en El Circense
- Página web personal de Bates
- Canal en Youtube lleno de sus vídeos.
- Entrevista en francés.
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