Continúa el Proyecto "Crónicas de Encuentros", esta vez MEST viaja lejos, hasta Turquía, de la mano de Fede Menini para contarnos cómo fue la VII Convención de Circo de Turquía, de la que él es uno de los organizadores. Mil gracias a Fede por la crónica y a Nazli Tarcan por las fotografías, así da gusto. Por si se os escapó en El Circense o Malabart.com, aquí tenéis la crónica:
En
una lejana y paradisíaca playa del Mediterráneo, al sur de Turquía,
a unos 1000 kilómetros de Estambul, tuvo lugar, como cada año, la
Convención de Circo de Turquía, por séptima ocasión. Se trata de
una convención muy especial, tanto por el paisaje y naturaleza que
hay, como por la variedad de malabaristas venidos de más de 30
países, de los distintos continentes. En total más de 400
participantes disfrutaron durante una semana (del 1 al 7 de octubre) de esta exótica
convención. Como suele ocurrir, había en el recinto: cuatro carpas
(la grande para espacio de práctica 24 horas al día, la del
Renegado, la de danza, y la de música en vivo), amplias zonas
de acampada, hamacas en los bosques, casas árbol, zona verde para
los talleres, el río, la playa, la mesa de juegos, la zona de fuego,
y por supuesto, la tienda de material de malabares de Estambul
(Positif OL).
Durante
una semana previa a la convención, un equipo de 40 voluntarios ayudó
en el montaje de las carpas, la creación de la increíble
decoración, y resto de tareas, hasta el último detalle. Aunque
siempre hubo tiempo para algún que otro té turco, degustar unas
baklavas, jugar al ping pong, o la correspondiente partida de
backgammon. La semana de la convención estuvo llena de
actividades, pero siempre todo con mucha tranquilidad, y sin estrés,
como marca la filosofía turca, habiendo tiempo para bucear en la
playa, caminar por la montaña, ver las ruinas griegas de Phaselis,
dormir en la hamaca, o sentarse en el bar, junto a la hoguera. A lo
largo de todos los días, se desarrollaron diversos talleres: yoga,
percusión corporal, manipulación de mazas, trapecio, masaje
tailandés, parada de manos, tela aérea, hoola-hop,
numerología con pelotas, diábolo, passing de mazas…
El
lunes tuvo lugar la ya clásica noche de juegos para
no-malabaristas, a cargo de la turca Suzi, donde todos
participamos, y hubo risas hasta altas horas de la noche. Durante el
martes se hizo los talleres para los niños de la pequeña Escuela de
Circo de Tekirova (el pueblito más cercano). Y esa noche
surgió el primero de los diversos renegados que hubo,
dirigido por Okan: muchas actuaciones, risas, reparto de
cervezas, y algún sustito, como el escorpión que se coló en la
carpa, quizás también con ganas de actuar. El miércoles fue el día
para los esperados juegos malabares: resistencia de 5 pelotas,
5 mazas, passing a distancia, limbo con 3 pelotas, parada de
manos (verticales), lanzamiento de diábolo, divertidas carreras, guerra de mazas (gladiator)… Al ganador de la tarde se le premió con un vuelo enparapente, desde el pico a 2300 metros de altura, sobrevolando el
mar, y aterrizando en la playa. Por la noche se realizó una
conferencia sobre circo social en Afganistán, y hubo proyección de
videos en la carpa. El jueves fue testigo del pasacalles circense
por el pueblo, y culminó con el espectáculo público en el
anfiteatro de Tekirova. Se hizo una bonita gala, presentada
por el turco Ugras. Actuaron: Deniz & Company, con
percusión corporal; Hatice, con pelotas (Turquía); Luí,
con pelotas de rebote (España); los jóvenes Dogancan y Semih,
con clavas (Turquía); Verena, con clavas y danza del vientre
(Alemania); Monika (Alemania), con hoola-hop (Polonia);
Mantega, con pelotas y humor (Brasil); y François,
con argollas (Francia). El viernes destacó por el campeonato de
Volley-Maza, en el que participaron 16 equipos. Los ganadores
fueron los alemanes Christian y Micky, grandes
experimentados en el juego. Por la noche se realizó la tradicional
“Noche de Fuego”.
La
Gran Gala de Circo se celebró el sábado, en el escenario de la
carpa grande. La presentaron los turcos Enis y Okan.
Fue una gala larga, pero sin duda muy entretenida. Actuaron: Erol
y Necmi, con pelotas (Turquía); Yavru, con el ukelele
(Turquía); Suzi y Daryl, con passing de clavas
(Turquía-Inglaterra); Semih, con el diábolo (Turquía);
Fabrizio, con manipulación de ukelele (Italia); El Fedito,
con pelotas (Argentina-España); Annaelle, con contorsión
(Francia); Amber y Ezgi, con didjeridoo
(Turquía-Estados Unidos); Gökhan, con pelotas (Turquía);
Özgür, con contact (Turquía); Erol y Mahir,
con diábolos (Turquía); Mantega, con clavas (Brasil); y
cerró el francés François, con su divertido espectáculo de
clavas y construcción de estructuras de madera. A continuación, por
la noche, para cerrar las actividades oficiales de la Convención,
hubo un gran concierto, de la mano de Zeynep, Frabrizio, Umut,
y Martin.
El
domingo fue, como cada año, el día para la recogida, la limpieza
del recinto, y la despedida, de esta mágica convención, que año
tras año se supera en organización y buena energía, y la convierte
sin duda en un evento imprescindible para cualquier malabarista. Así
que… ¡nos vemos el año que viene en Turquía!
Información
sobre la Convención: www.j-fest.com