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sábado, 4 de junio de 2011

Delisle en el país de los soviets

Irrealidad. Es la sensación que te recorre mientras lees este magnífico documento gráfico que es Pyongyang, de Guy Delisle. A este canadiense lo destinan para dirigir parte de un equipo de animación (los de los lápices, no los de los pompones) que deslocalizó parte de su producción a la República Popular Democrática de Corea, más conocida como Corea del Norte. Allí pasó dos meses y lo que vio le impactó tanto que se sintió obligado a contarlo mediante un cómic en primera persona, supongo que sin sospechar que se convertiría en un éxito internacional.



Y es que Corea del Norte es un país encerrado en sí mismo, aislado por una dictadura, la única dinastía comunista de la Historia, que predica la doctrina juche y domina todos los aspectos de su vida. Un país que profesa (o es obligado a profesar) una veneración incondicional hacia su "Querido Líder" Kim Jong-Il, el mismo que dicta normas de vestimenta, raciona los alimentos y la energía, prohíbe los libros no adecuados o impide el acceso a internet. Un país donde las desiertas autopistas son limpiadas por "voluntarios", donde los únicos edificios iluminados de noche son las estatuas del líder y sus edificios y donde todas las canciones permitidas hablan sobre el Líder. Ese líder, hijo del "Gran Líder", Kim Il-Sung (que sigue siendo el presidente aún después de muerto) sabedor de la atrocidad que está cometiendo, trata de dar una visión de normalidad a los ojos de los escasos extranjeros que entran allí cada año, aunque es como intentar tapar un elefante con una servilleta. Ninguna propaganda, inclusa una tan poderosa y omnipresente como esta, puede tapar por completo la realidad del país y, en Corea, la supuesta normalidad deja un poso de intranquilidad y terror.

Corea del Norte de noche, comparado con sus países vecinos.

La verdad es que para mí no era tan novedoso y sorprendente lo que me contaba Delisle, hace unos años salió a la palestra nuevamente la situación de Corea del Norte en televisión por medio del reportaje periodístico que hizo Jon Sistiaga para Cuatro, "Amarás al líder sobre todas las cosas", aquí lo tenéis (como curiosidad, se puede ver a un español metido en filas del partido del dictador hablando de las bondades del Líder), lástima que Sistiaga a veces no sepa disimular mejor que es periodista o se vista un poco de amarillo:



En verdad, el reportaje era muy similar a otros que se habían emitido ya en nuestro país u otros muchos que circulan por internet, como el de Documanía (Corea del Norte, acceso al terror) o el pionero en este campo, el que llevó a cabo la gran Rosa María Calaf con su estilo elegante y clásico:


Las similitudes entre todos estos reportajes entre sí y con el cómic son debidas a la prohibición de entrada a los periodistas, a la revisión del material que las autoridades hacen antes de salir del país, y la imposibilidad de salirte de la ruta que imponen los "guías turísticos". Estos guías y traductores en verdad impiden a los visitantes ir solos por el país, evitan preguntas incómodas y tratan de mostrar esa realidad tan inquietante y macabra que pauta el Querido Líder. Eso sí, a los reporteros "amigos" sí les dan facilidades para hacer documentales propagandísticos, como es el caso de este reportaje de la televisión rusa traducido al castellano que ensalza la situación norcoreana:



Según leía el cómic no podía dejar de acordarme de aquellos soviets que mostraban orgullosos al reportero Tintín sus grandes fábricas y progresos, para descubrirse más tarde que no eran más que una mera fachada producto de la propaganda comunista. Y es que leyendo el cómic da la impresión de ser un país de cartón-piedra y que es imposible que no sea inventado, quizá lo peor es eso mismo, que es un país inventado por un dictador y perpetuado por su hijo.

Es, por tanto, una lectura que nos muestra por dentro un poco de este oscuro país, desde la novedosa perspectiva de las viñetas y sin olvidar el humor, ya que Delisle tiene un estilo sencillo y divertido que sin embargo no trivializa la tragedia que allí se vive. Consigue retratar con naturalidad las imágenes que le vienen a la mente al reflexionar sobre su experiencia, como ese gobernador bicéfalo, o esa magnífica secuencia en bucle entre las insignias y los líderes. Muy muy recomendable.

Si queréis saber más:

3 comentarios:

  1. Hola. No me he leído el cómic ni sé mucho de Corea del Norte, pero tal como lo cuentas suena, mucho, a "1984" de Orwell.

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  2. De hecho, Delisle se lleva ese libro precisamente para releerlo durante su estancia en Corea, y hace comparaciones entre párrafos del libro y la situación del país. Se me olvidó comentarlo. Gracias Bea.

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