Aquí, tanteando, dice una palabra,
y sobra un traje inmenso que cubre y más
a un ser que existe acaso.
Pequeño, flaco, escurrido más bien, sobra y es hilo,
hilo su voz saliendo de ese traje.
Tirando de él, del hilo,
quizá un hombre existe,
el que apenas pronuncia unas palabras;
y los demás se ríen.
Y el Augusto, roja y negra la cara,
tiznada en gris color tormenta
o blanca como el yeso polar de la luna
dice una voz, una palabra y rueda
la rosa grande que le escucha muda,
y él habla así callando a las estrellas.
El Augusto espera aún que venga ahora el Clown
alto, éste de pronto, un lujo vestido en raso
amarillo constelado de piedras de colores.
Entra y su gorro blanquísimo se ríe
"¿qué dices tú?"
y el otro, zapatones enormes, cae,
y la risa rueda por los espacios,
gran corola de risa universal,
y él, aún se yergue
arrogante bajo el ropón enorme que le borda.
"Augusto majestad"
tiznado o lúgubre
el zapatón enorme pisa el corcho,
mientras llueve la risa a ráfagas
y bate contra la costa desolada
al borde, el fino clown de seda
"¿ven, señores, ven?"
No hay nadie
y sacude un pañuelo
y sólo hay luces.
Foto: Shoes of Clown por Bruna Prado www.flickr.com/photos/brunaprado
y sobra un traje inmenso que cubre y más
a un ser que existe acaso.
Pequeño, flaco, escurrido más bien, sobra y es hilo,
hilo su voz saliendo de ese traje.
Tirando de él, del hilo,
quizá un hombre existe,
el que apenas pronuncia unas palabras;
y los demás se ríen.
Y el Augusto, roja y negra la cara,
tiznada en gris color tormenta
o blanca como el yeso polar de la luna
dice una voz, una palabra y rueda
la rosa grande que le escucha muda,
y él habla así callando a las estrellas.
El Augusto espera aún que venga ahora el Clown
alto, éste de pronto, un lujo vestido en raso
amarillo constelado de piedras de colores.
Entra y su gorro blanquísimo se ríe
"¿qué dices tú?"
y el otro, zapatones enormes, cae,
y la risa rueda por los espacios,
gran corola de risa universal,
y él, aún se yergue
arrogante bajo el ropón enorme que le borda.
"Augusto majestad"
tiznado o lúgubre
el zapatón enorme pisa el corcho,
mientras llueve la risa a ráfagas
y bate contra la costa desolada
al borde, el fino clown de seda
"¿ven, señores, ven?"
No hay nadie
y sacude un pañuelo
y sólo hay luces.
Foto: Shoes of Clown por Bruna Prado www.flickr.com/photos/brunaprado
Y como considero que la poesía se transmite mejor al recitarla en voz alta, os recomiendo descargaros el podcast del programa aquí, recitado por India Vera. Está justo nada más empezar el programa. Que lo disfrutéis.
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