Por sexto año consecutivo (quinto en mi caso) la Asociación Juvenil de Malabaristas de Alicante “Donyet Ardit” nos volvió a convocar a su Encuentro de Malabaristas y Circo, en lo que ha quedado establecido como un imprescindible dentro de la escena de malabares y circo nacional.
Llegamos con el coche lleno de bultos y de ganas de pasar un fin de semana de circo, y cumplió con creces las expectativas. Aparcamos en el Instituto Figueras Pacheco con el tiempo justo para recoger nuestros malabares, inscribirnos, hacernos la foto disfrazados de Donyet, saludar a los conocidos de turno y desplazarnos hacia la Plaza de la Viña para ver el espectáculo de calle que iba a haber allí.
El primero fue un número de clown de un payaso del que no conozco su nombre (por favor, el que lo sepa que me lo diga), que a mi personalmente me gustó mucho. Un espectáculo para todos los públicos con mucho gag basado en el juego de palabras y en trucos de magia que no eran tales pero conseguían sacar la carcajada del espectador. El segundo número fue llevado a cabo por la pareja de acróbatas Aitor e Isabel en una rutina llamada "Ajenos a la obra" que combinaba un inicio humorístico con un final reivindicando el control en la invasión del ladrillo en zonas forestales y la defensa del patués, dialecto del valle de Benasque.
Con el tiempo justo para instalarnos en el instituto comenzó después el Circovisión, un concursáculo (concurso y espectáculo) presentado por el gran Mathieu Moustache y su humor aburdo y algo Jackass. De los participantes me tengo que quedar con Diegolow y su rutina de diábolo muy sincronizada con la música; Alberto y su número de bolas con ritmos caribeños; y Jano (?) con un genial número de clown en gallego con su varilla extensible que no paraba de adquirir formas inverosímiles. Tras una primera ronda con los 7 participantes, estos tres quedaron finalistas por el aplausímetro y la final consistió en otra rutina de un minuto solamente. El público volvió a elegir al gallego como el ganador indiscutible.
Tras esto dió paso el Regenerado, que estuvo presentado y muy bien llevado por Diegolow. En lugar de un Renegade normal, el presentador tenía una serie de tarjetas con pruebas absurdas de las que sólo enunciaba qué se necesitaba y, una vez salían los voluntarios, comentaba en qué consistía exactamente la prueba. El premio era una cerveza para el ganador y un aplauso para los participantes. Personalmente me gusta este formato, ya que dos días seguidos de Renegade hace que quede un poco muerto o que la gente no se anime. La participación fue todo el rato muy alta y la originalidad de las pruebas también, así que en mi opinión es todo un acierto por parte de la organización, aunque para todo hay discrepancias y oí comentarios de gente que no le terminaba de convencer. Cuando finalizó la mayoría de la gente se fue a la cama y unos pocos valientes se quedaron en las pistas del instituto hasta que amaneció.
(Continuará....y esta vez con carga policial incluida, mira aquí)
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