Dejamos atrás el occidente de la isla (leer episodio previo) y nos dirigimos hacia la zona más oriental, liderada por Santiago de Cuba. La gira continua siendo una verdadera aventura donde cada día es verdaderamente irrepetible. Un servidor cada vez se siente más cubano, aunque continúe con varios de los interrogantes que traía desde España sobre el pasado, presente y futuro del país. Veamos cómo sigue Circuba en gira.
CIEGO DE ÁVILA, y la lista de defectos.
“Muy bien Lucas, te he apuntado una vez en la lista de defectos porqué has tenido un fallo, pero lo has solucionado muy bien” -así, de repente, me recibió la regidora, del espectáculo al acabar mi número; a mi y a cada uno de los artistas conforme iban terminando. Y así como vino esa lista, desapareció; nunca más supimos de su existencia.
En Ciego de Ávila trabajamos en el Teatro Principal, en el centro de la ciudad. Un edificio muy hermoso aunque bastante deteriorado; en el techo del escenario, por ejemplo, por encima de las varas de focos, había un gran agujero de unos 2 metros cuadrados desde donde se veía el cielo -”esperemos que no llueva durante el espectáculo”- decían los técnicos entre risas.
Tanto en esta población como en la mayoría de la gira las entradas tienen un precio medio de entre 10 y 15 pesos. Cuando vamos a poblaciones más pequeñas los precios suelen rebajarse a 5 o 10 pesos por persona. Es difícil establecer una relación lógica con los precios de las cosas y entender la economía cubana (“Ay mijo, pa eso tu tiene que vivil aquí” -me dicen), pero pondré unos ejemplos para que sirva de contexto. Los sueldos van desde los 250 a 750 pesos cubanos al mes (entre 10 y 30 dólares), un billete de autobús urbano vale 0,20 pesos, un refresco o cerveza 40 pesos, medio kilo de arroz 0,30 pesos.
El público cubano responde a la presencia del circo con largas colas en las taquillas (aún falta para que llegue Internet a esos niveles) y llenando casi todas las salas donde trabajamos. A veces, incluso, tenemos que ampliar las funciones previstas por exceso de público y ofrecer una extra.
Terminamos en Ciego de Ávila y salimos hacia Santiago, una cita especial en el marco de la gira 2016.
SANTIAGO DE CUBA, ¡felicidades Fidel!
El Teatro Heredia, con capacidad para 2.800 espectadores, fue el espacio designado para acoger nuestro espectáculo en Santiago. El sábado día 13 de agosto fue un día muy importante para todo el país, se celebraba el 90 aniversario de Fidel Castro y Cuba entero se llenaba de actos que le homenajeaban. Nosotros hicimos la nuestra con una gala especial en colaboración con el ballet de Santiago y la tradicional conga santiaguera, imprescindible en los carnavales de la ciudad. Como detalles curiosos diré que no podía haber música en inglés en ninguno de los actos ni siquiera, uno de los payasos del espectáculo Pepitín podía decir su popular “Oh, yes”. “Nada de 'yes', 'Oh sí', si quieres, pero no 'yes'” -le respondía el director del espectáculo. Pepitín trató de lucharlo diciendo “pero si ya somos amiguitos...” en clara alusión a los EEUU, pero no pudo ser.
José Opitz, “Pepitín” (La Habana, 20–02-1987) terminó la escuela de circo en 2007. Trabajó durante tres años en Francia y volvió a su país creyendo que otro circo es posible. “El presente y el futuro del circo cubano lo veo muy turbio: no hay posibilidad de formarse más allá de la escuela, faltan aristas que amen lo que hacen, dentro y fuera de escena, faltan directores de circo, dramaturgos, falta gente con ganas de hacer las cosas bien”. Continua diciendo “el circo se estanca pero no sólo por falta de recursos si no por falta de imaginación, por el exceso de burocratización y por los privilegios injustos de los que gozan algunos.” Escuchándole se respiran otros aires para el circo cubano. ¿Estará el Nuevo Circo, o Circo Contemporáneo, llegando a Cuba? Esperemos a ver qué nos dice el tiempo. Veamos también cuando se cumple el sueño de Pepitín “tener una compañía de circo, con una pequeña orquesta, el Circo Opitz”. Suspira y se queda mirando al infinito mientras yo pienso que me encantará ver un espectáculo del Circo Opitz.
Coincidiendo con la celebración del 90 aniversario de Fidel, ocurría otro hito importante en esta gira; el artista Alliet Pérez, de la compañía Estilo Propio, batía el récord del mundo conduciendo una moto con los ojos vendados por las calles de la ciudad. Según él mismo contaba “actualmente el récord lo tiene el mago español Luis Pardo que condujo 7 km en la ciudad de Barcelona, pero no se puede hacer de manera oficial porque desde Guiness World Record dicen que tienen miedo de sacar un récord así y que eso incentive a otras personas a probarlo libremente en su ciudad poniendo en peligro su vida y la de otras personas”. Al acabar el recorrido, una vez ya se sabía como actual recordman declaraba “estoy muy contento y con ganas de seguir mejorando la marca; me gustaría estar preparado por si en algún momento otra persona bate el récord poder volver a superarlo, incluso realizándolo en otro país y que su gente pueda disfrutar de la hazaña.”
Antes de despedirnos de Santiago hicimos una visita a la Virgen del Cobre, la patrona de Cuba, y le ofrecimos un póster de Circuba firmado por toda la compañía. En una de las paredes de la iglesia, colgaban infinidad de muletas donadas por antiguos enfermos a los que la Reina de Cuba, o Virgen de la Caridad, había curado con sus milagros.
GUANTÁNAMO, “aquí se vive muy bien, perfectamente”.
En la provincia de Guantánamo trabajamos en Barakoa, primer pueblo de Cuba; en Caimanera, el pueblo donde se encuentra la base militar de Estados Unidos; y en el propio Guantánamo, en el Teatro Guaso.
Caimanera debe de ser de los lugares más pobres de Cuba, no por ello el pueblo deja de tener varias escuelas, junto con espacios multiusos para deportes y actividades culturales. Paseábamos Gabo (fotógrafo Uruguayo que nos acompaña durante toda la gira, algunas de cuyas fotos están publicadas en este artículo) y yo en dirección a la base naval, cuando apareció un militar cubano “de aquí -como marcando una línea recta con la mano, a tres metros de un muro que impedía nuestro paso- en adelante, no podéis pasar. Tampoco podéis tomar fotos”. Unos metros después un vecino del pueblo, de alrededor de 70 años, nos invito a subir a su terraza para observar el interior de la base “¿Y cómo se vive con 'esto' aquí?” -le pregunté ingenuamente. “Muy bien, perfectamente. Yo no tengo ningún problema, ni con los cubanos, ni con los estadounidenses” -a lo que añadió- “tomen fotos si quieren, que los extranjeros si pueden tomarlas, nosotros no”. Cuando nos despedíamos nos recordó “digan que han subido a por agua; no nos está permitido hablar con ustedes”.
Abandonamos Caimanera escuchando una frase que sólo podíamos escucharla allí. Cuando dos amigos se encontraron por la calle le dijo uno a otro “te busqué más que la Interpol a Osama Bin Laden”.
Algo que también forma parte de la gira y de la particularidad cubana, es el fenómeno fan pidiendo fotos después de la función. Todos los artistas solemos ser solicitados pero uno es el que acapara las colas más largas en todos los lugares, Alejandro Licea (La Habana, 16 de Marzo de 1998), Premio Revelación Circuba 2016. “Creo que es una obligación del artista cuando el público le pide una foto. Además para mi es una motivación, es un indicador de que gustó mi trabajo.” Acaba de terminar la escuela de circo y tiene muy claro sus sueños y preocupaciones: “Trabajar en uno de los mejores circos a nivel mundial, ser reconocido como artista, que se conozca mi trabajo y que a mi papá, a mi mamá y a mis hermanos no les falte nada”. Alejandro Licea también ganó el premio del Festival de Albacete, así que, si todo va bien, podremos verle en la cita manchega en Febrero de 2018 con su número de rola bola, ¡Imperdible!
Nos despedimos de Guantánamo después de realizar una función extra, improvisada, porque el pueblo pedía a gritos que hiciéramos otra más. De aquí iremos a Las Tunas donde conoceremos la sede de Teatro Tuyo, única compañía profesional de Cuba especializada en el lenguaje del payaso, luego a Sancti Spíritus, Cienfuegos y Matanzas, última parada de la gira. ¿Será especial la última función? Pronto sigo contando.
CIEGO DE ÁVILA, y la lista de defectos.
“Muy bien Lucas, te he apuntado una vez en la lista de defectos porqué has tenido un fallo, pero lo has solucionado muy bien” -así, de repente, me recibió la regidora, del espectáculo al acabar mi número; a mi y a cada uno de los artistas conforme iban terminando. Y así como vino esa lista, desapareció; nunca más supimos de su existencia.
En Ciego de Ávila trabajamos en el Teatro Principal, en el centro de la ciudad. Un edificio muy hermoso aunque bastante deteriorado; en el techo del escenario, por ejemplo, por encima de las varas de focos, había un gran agujero de unos 2 metros cuadrados desde donde se veía el cielo -”esperemos que no llueva durante el espectáculo”- decían los técnicos entre risas.
Tanto en esta población como en la mayoría de la gira las entradas tienen un precio medio de entre 10 y 15 pesos. Cuando vamos a poblaciones más pequeñas los precios suelen rebajarse a 5 o 10 pesos por persona. Es difícil establecer una relación lógica con los precios de las cosas y entender la economía cubana (“Ay mijo, pa eso tu tiene que vivil aquí” -me dicen), pero pondré unos ejemplos para que sirva de contexto. Los sueldos van desde los 250 a 750 pesos cubanos al mes (entre 10 y 30 dólares), un billete de autobús urbano vale 0,20 pesos, un refresco o cerveza 40 pesos, medio kilo de arroz 0,30 pesos.
El público cubano responde a la presencia del circo con largas colas en las taquillas (aún falta para que llegue Internet a esos niveles) y llenando casi todas las salas donde trabajamos. A veces, incluso, tenemos que ampliar las funciones previstas por exceso de público y ofrecer una extra.
Terminamos en Ciego de Ávila y salimos hacia Santiago, una cita especial en el marco de la gira 2016.
SANTIAGO DE CUBA, ¡felicidades Fidel!
El Teatro Heredia, con capacidad para 2.800 espectadores, fue el espacio designado para acoger nuestro espectáculo en Santiago. El sábado día 13 de agosto fue un día muy importante para todo el país, se celebraba el 90 aniversario de Fidel Castro y Cuba entero se llenaba de actos que le homenajeaban. Nosotros hicimos la nuestra con una gala especial en colaboración con el ballet de Santiago y la tradicional conga santiaguera, imprescindible en los carnavales de la ciudad. Como detalles curiosos diré que no podía haber música en inglés en ninguno de los actos ni siquiera, uno de los payasos del espectáculo Pepitín podía decir su popular “Oh, yes”. “Nada de 'yes', 'Oh sí', si quieres, pero no 'yes'” -le respondía el director del espectáculo. Pepitín trató de lucharlo diciendo “pero si ya somos amiguitos...” en clara alusión a los EEUU, pero no pudo ser.
José Opitz, “Pepitín” (La Habana, 20–02-1987) terminó la escuela de circo en 2007. Trabajó durante tres años en Francia y volvió a su país creyendo que otro circo es posible. “El presente y el futuro del circo cubano lo veo muy turbio: no hay posibilidad de formarse más allá de la escuela, faltan aristas que amen lo que hacen, dentro y fuera de escena, faltan directores de circo, dramaturgos, falta gente con ganas de hacer las cosas bien”. Continua diciendo “el circo se estanca pero no sólo por falta de recursos si no por falta de imaginación, por el exceso de burocratización y por los privilegios injustos de los que gozan algunos.” Escuchándole se respiran otros aires para el circo cubano. ¿Estará el Nuevo Circo, o Circo Contemporáneo, llegando a Cuba? Esperemos a ver qué nos dice el tiempo. Veamos también cuando se cumple el sueño de Pepitín “tener una compañía de circo, con una pequeña orquesta, el Circo Opitz”. Suspira y se queda mirando al infinito mientras yo pienso que me encantará ver un espectáculo del Circo Opitz.
Coincidiendo con la celebración del 90 aniversario de Fidel, ocurría otro hito importante en esta gira; el artista Alliet Pérez, de la compañía Estilo Propio, batía el récord del mundo conduciendo una moto con los ojos vendados por las calles de la ciudad. Según él mismo contaba “actualmente el récord lo tiene el mago español Luis Pardo que condujo 7 km en la ciudad de Barcelona, pero no se puede hacer de manera oficial porque desde Guiness World Record dicen que tienen miedo de sacar un récord así y que eso incentive a otras personas a probarlo libremente en su ciudad poniendo en peligro su vida y la de otras personas”. Al acabar el recorrido, una vez ya se sabía como actual recordman declaraba “estoy muy contento y con ganas de seguir mejorando la marca; me gustaría estar preparado por si en algún momento otra persona bate el récord poder volver a superarlo, incluso realizándolo en otro país y que su gente pueda disfrutar de la hazaña.”
Antes de despedirnos de Santiago hicimos una visita a la Virgen del Cobre, la patrona de Cuba, y le ofrecimos un póster de Circuba firmado por toda la compañía. En una de las paredes de la iglesia, colgaban infinidad de muletas donadas por antiguos enfermos a los que la Reina de Cuba, o Virgen de la Caridad, había curado con sus milagros.
Lucas Locus, en un momento de su espectáculo |
GUANTÁNAMO, “aquí se vive muy bien, perfectamente”.
En la provincia de Guantánamo trabajamos en Barakoa, primer pueblo de Cuba; en Caimanera, el pueblo donde se encuentra la base militar de Estados Unidos; y en el propio Guantánamo, en el Teatro Guaso.
Caimanera debe de ser de los lugares más pobres de Cuba, no por ello el pueblo deja de tener varias escuelas, junto con espacios multiusos para deportes y actividades culturales. Paseábamos Gabo (fotógrafo Uruguayo que nos acompaña durante toda la gira, algunas de cuyas fotos están publicadas en este artículo) y yo en dirección a la base naval, cuando apareció un militar cubano “de aquí -como marcando una línea recta con la mano, a tres metros de un muro que impedía nuestro paso- en adelante, no podéis pasar. Tampoco podéis tomar fotos”. Unos metros después un vecino del pueblo, de alrededor de 70 años, nos invito a subir a su terraza para observar el interior de la base “¿Y cómo se vive con 'esto' aquí?” -le pregunté ingenuamente. “Muy bien, perfectamente. Yo no tengo ningún problema, ni con los cubanos, ni con los estadounidenses” -a lo que añadió- “tomen fotos si quieren, que los extranjeros si pueden tomarlas, nosotros no”. Cuando nos despedíamos nos recordó “digan que han subido a por agua; no nos está permitido hablar con ustedes”.
Abandonamos Caimanera escuchando una frase que sólo podíamos escucharla allí. Cuando dos amigos se encontraron por la calle le dijo uno a otro “te busqué más que la Interpol a Osama Bin Laden”.
Algo que también forma parte de la gira y de la particularidad cubana, es el fenómeno fan pidiendo fotos después de la función. Todos los artistas solemos ser solicitados pero uno es el que acapara las colas más largas en todos los lugares, Alejandro Licea (La Habana, 16 de Marzo de 1998), Premio Revelación Circuba 2016. “Creo que es una obligación del artista cuando el público le pide una foto. Además para mi es una motivación, es un indicador de que gustó mi trabajo.” Acaba de terminar la escuela de circo y tiene muy claro sus sueños y preocupaciones: “Trabajar en uno de los mejores circos a nivel mundial, ser reconocido como artista, que se conozca mi trabajo y que a mi papá, a mi mamá y a mis hermanos no les falte nada”. Alejandro Licea también ganó el premio del Festival de Albacete, así que, si todo va bien, podremos verle en la cita manchega en Febrero de 2018 con su número de rola bola, ¡Imperdible!
Lucas Locus (izda) posa con otros artistas de la gira frente a la bandera cubana |
Nos despedimos de Guantánamo después de realizar una función extra, improvisada, porque el pueblo pedía a gritos que hiciéramos otra más. De aquí iremos a Las Tunas donde conoceremos la sede de Teatro Tuyo, única compañía profesional de Cuba especializada en el lenguaje del payaso, luego a Sancti Spíritus, Cienfuegos y Matanzas, última parada de la gira. ¿Será especial la última función? Pronto sigo contando.
Fotografías: Gabo Rousserie
Artículo aparecido en la Revista Zirkólika en Invierno de 2016
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