Muchas veces, el problema de los buenos proyectos no es la fase ascendente, sino la de meseta, la de consolidación. Hace ya cuatro años que el EUCIMA (Encuentro Universitario de Circo de Madrid) creció lo suficiente como para desmarcarse como el único encuentro de 4 días en España. Además se confirmó con los años el número máximo de asistentes que unas instalaciones como las montadas en La Almudena podían asumir. Fue también hace 4 ediciones cuando la Gran Gala se comenzó a celebrar en el Teatro Circo Price, lugar emblemático donde los haya. Tan buenos fueron los resultados que en la edición de 2016 se decidió apostar por dos pases de la Gala, uno para los inscritos al encuentro (un preestreno) y otro de venta al público, que también funcionó muy bien (1000 espectadores). Vale, el modelo funciona, ahora bien, ¿cómo mantenerlo?
Ese fue el gran reto de este año. La organización, el Aula de Circo Chaminade, es un compuesto heterogéneo de más de 30 personas con una serie de conceptos muy claros: la horizontalidad, el modelo asambleario, la autogestión y el altruismo. Con estos mimbres se sostiene un "monstruo" como el que se ha convertido el EUCIMA, un evento que ha ido ganando en complejidad con cada edición.
Allá por septiembre de 2016 comenzaron las reuniones, que habría una IX edición del EUCIMA se daba por hecho. En navidades comenzaron las dudas, la implicación no era la de otros años, las tareas más ásperas (permisos, presupuestos) estaban algo desatendidas y el "tener que hacer" predominaba sobre el "vamos a hacer". Por suerte se superó ese impasse y se decidió apostar por un encuentro más constructivo y con más participación de los asistentes. La respuesta fue muy positiva y la IX edición resultó todo un éxito.
Aprendidos ya de años previos, por primera vez la legalidad y burocracia no ahogaron y se convirtieron en un trámite, no en un sufrimiento. Se alcanzó el límite de aforo consensuado para poder disfrutar adecuadamente de las instalaciones (1000 inscritos), teniendo que cerrar la venta una semana antes, algo impensable hace años. Fue esta calurosa acogida a las inscripciones la que motivó más que nunca al equipo, y más viendo la increíble respuesta a nuestra convocatoria de voluntarias, de actuaciones y de talleres. Desde el Price también eran todo facilidades y, pese a sobresaltos de última hora por algunos cambios en el elenco, todo marchaba también mejor que nunca. Además llegó otra de esas noticias que impulsan aún más las ganas y la ilusión: Telemadrid iba a grabar la Gala y a emitirla en diferido. Esto suponía la oportunidad de poner una primera piedra en la senda de la apertura de la televisión a programar circo habitualmente.
Y comenzó el montaje, una semana antes. Muchas manos, mejor planificación, menos agobios y más sonrisas que nunca. Dos carpas preciosas que presumían ante la Ciudad Universitaria, varias zonas de aéreos, un pabellón y dos gimnasios, una zona de slack-line se acicalaban para recibir a los asistentes. La aceptación fue inmediata y el color comenzó a inundar el recinto.
Abrió el Circo Social con Bajando al Sur y Gonzalo Arias, seguidos de la actuación de la compañía madrileña Pass & Company y del concierto de Takoma Bridge. El viernes se dedicó a miles de talleres, una Jam Session y el obligado Renegade, este año "a la italiana". Este último precedido de un precioso Open Stage que por fin pudo realizarse sólo con las personas que se inscribieron al EUCIMA, en línea con el viraje hacia la participación que se propuso previamente. Presentado por Irati y Teresa en su papel de raperas anti-circo, participaron Fran y Natalia con sus portés, Marta a los malabares, Eleni con su hula y equilibrios, Milky desde Zaragoza hasta lo alto de su mástil, Patricia enlenteciendo unas bellas verticales, Pía con su trapecio "a la argentina" y cerrando Víctor Garmendia con su clownesco y estético estilo de mazas.
El sábado venía apretado con el campeonato de volley-maza, la exhibición de slackline, más talleres y el viaje hacia el Price para ver la Gran Gala. Los artistas reunidos este año tenían el difícil papel de intentar igualar el nivel de la edición previa, pero a juzgar por las ovaciones parece que incluso se superó. Abrieron Jose y Dani con su soberbio número de cuadro aéreo, finalizado con un flic-flac atrás sobre la propia estructura. El nivel técnico y la clase que demuestra con sus mazas Onni Toivonen pese a su juventud hacen difícil vislumbrar su techo. UpArte tampoco parecen intimidarse por los grandes escenarios y estrenaron su número de banquinas frente a 2500 personas con éxito. Stefan Sing y Cristiana Casadio volvieron a hacer poesía sobre un escenario con su bellísima actuación que se ha convertido en el ejemplo de cómo combinar danza y malabares. Otra combinación asombrosa fue la de mazas y beatbox del imposible y frenético personaje de Kerol. El cierre lo ponía, por primera vez en el EUCIMA, un trapecio swing sobre el que volaba Lisa Rinne, capaz de emocionar primero con su subida por la escalera y de levantar del asiento con su mortal sobre el trapecio. Todo aderezado con acierto por la Ombligo Band con su música en directo y presentado por un correcto y convincente Jaime Figueroa, capaz de cantar, hacer magia y hasta ventriloquía. No es habitual ver el cartel de "no hay entradas" en el Price, ni al público aplaudiendo de pie cada actuación, ni haciendo la ola. Es la marca EUCIMA, un derroche de emoción y entusiasmo por el circo.
Por suerte quedaban fuerzas para dos conciertos más (La Curva y El Bastón de la Vieja) y una bonita novedad: una Asamblea de Mujeres en la que se discutió sobre la situación de la mujer en el circo actual y los diferentes problemas de género en este ámbito.
También se pudo disfrutar de un soleado domingo lleno de actividades para niños y de unas olimpiadas como preludio a la lanzada final. Increíble una vez más la respuesta de la gente a la petición de colaboración con el desmontaje, se consiguió la recogida más eficaz de todas las ediciones del encuentro.
Foto: Andrés Mejía |
Ese fue el gran reto de este año. La organización, el Aula de Circo Chaminade, es un compuesto heterogéneo de más de 30 personas con una serie de conceptos muy claros: la horizontalidad, el modelo asambleario, la autogestión y el altruismo. Con estos mimbres se sostiene un "monstruo" como el que se ha convertido el EUCIMA, un evento que ha ido ganando en complejidad con cada edición.
Allá por septiembre de 2016 comenzaron las reuniones, que habría una IX edición del EUCIMA se daba por hecho. En navidades comenzaron las dudas, la implicación no era la de otros años, las tareas más ásperas (permisos, presupuestos) estaban algo desatendidas y el "tener que hacer" predominaba sobre el "vamos a hacer". Por suerte se superó ese impasse y se decidió apostar por un encuentro más constructivo y con más participación de los asistentes. La respuesta fue muy positiva y la IX edición resultó todo un éxito.
Foto: María Roldán |
Aprendidos ya de años previos, por primera vez la legalidad y burocracia no ahogaron y se convirtieron en un trámite, no en un sufrimiento. Se alcanzó el límite de aforo consensuado para poder disfrutar adecuadamente de las instalaciones (1000 inscritos), teniendo que cerrar la venta una semana antes, algo impensable hace años. Fue esta calurosa acogida a las inscripciones la que motivó más que nunca al equipo, y más viendo la increíble respuesta a nuestra convocatoria de voluntarias, de actuaciones y de talleres. Desde el Price también eran todo facilidades y, pese a sobresaltos de última hora por algunos cambios en el elenco, todo marchaba también mejor que nunca. Además llegó otra de esas noticias que impulsan aún más las ganas y la ilusión: Telemadrid iba a grabar la Gala y a emitirla en diferido. Esto suponía la oportunidad de poner una primera piedra en la senda de la apertura de la televisión a programar circo habitualmente.
Y comenzó el montaje, una semana antes. Muchas manos, mejor planificación, menos agobios y más sonrisas que nunca. Dos carpas preciosas que presumían ante la Ciudad Universitaria, varias zonas de aéreos, un pabellón y dos gimnasios, una zona de slack-line se acicalaban para recibir a los asistentes. La aceptación fue inmediata y el color comenzó a inundar el recinto.
Abrió el Circo Social con Bajando al Sur y Gonzalo Arias, seguidos de la actuación de la compañía madrileña Pass & Company y del concierto de Takoma Bridge. El viernes se dedicó a miles de talleres, una Jam Session y el obligado Renegade, este año "a la italiana". Este último precedido de un precioso Open Stage que por fin pudo realizarse sólo con las personas que se inscribieron al EUCIMA, en línea con el viraje hacia la participación que se propuso previamente. Presentado por Irati y Teresa en su papel de raperas anti-circo, participaron Fran y Natalia con sus portés, Marta a los malabares, Eleni con su hula y equilibrios, Milky desde Zaragoza hasta lo alto de su mástil, Patricia enlenteciendo unas bellas verticales, Pía con su trapecio "a la argentina" y cerrando Víctor Garmendia con su clownesco y estético estilo de mazas.
El sábado venía apretado con el campeonato de volley-maza, la exhibición de slackline, más talleres y el viaje hacia el Price para ver la Gran Gala. Los artistas reunidos este año tenían el difícil papel de intentar igualar el nivel de la edición previa, pero a juzgar por las ovaciones parece que incluso se superó. Abrieron Jose y Dani con su soberbio número de cuadro aéreo, finalizado con un flic-flac atrás sobre la propia estructura. El nivel técnico y la clase que demuestra con sus mazas Onni Toivonen pese a su juventud hacen difícil vislumbrar su techo. UpArte tampoco parecen intimidarse por los grandes escenarios y estrenaron su número de banquinas frente a 2500 personas con éxito. Stefan Sing y Cristiana Casadio volvieron a hacer poesía sobre un escenario con su bellísima actuación que se ha convertido en el ejemplo de cómo combinar danza y malabares. Otra combinación asombrosa fue la de mazas y beatbox del imposible y frenético personaje de Kerol. El cierre lo ponía, por primera vez en el EUCIMA, un trapecio swing sobre el que volaba Lisa Rinne, capaz de emocionar primero con su subida por la escalera y de levantar del asiento con su mortal sobre el trapecio. Todo aderezado con acierto por la Ombligo Band con su música en directo y presentado por un correcto y convincente Jaime Figueroa, capaz de cantar, hacer magia y hasta ventriloquía. No es habitual ver el cartel de "no hay entradas" en el Price, ni al público aplaudiendo de pie cada actuación, ni haciendo la ola. Es la marca EUCIMA, un derroche de emoción y entusiasmo por el circo.
Foto: Mai Ibargüen |
Por suerte quedaban fuerzas para dos conciertos más (La Curva y El Bastón de la Vieja) y una bonita novedad: una Asamblea de Mujeres en la que se discutió sobre la situación de la mujer en el circo actual y los diferentes problemas de género en este ámbito.
También se pudo disfrutar de un soleado domingo lleno de actividades para niños y de unas olimpiadas como preludio a la lanzada final. Increíble una vez más la respuesta de la gente a la petición de colaboración con el desmontaje, se consiguió la recogida más eficaz de todas las ediciones del encuentro.
Como parte de la organización de esta bella locura en que se ha convertido el EUCIMA sólo se puede estar agradecido. Curioso lo mucho que aporta algo en lo que se invierten tantas horas y que no revierte en lo económico. La sonrisa se te queda por muchos días en la boca, las horas robadas al sueño previamente se transforman en abrazos y satisfacciones y se palpaba claramente que las ganas de llegar a las diez ediciones son mayores que nunca.
Foto: Mai Ibargüen |
Desde el Aula de Circo Chaminade sólo podemos estar agradecidas. Gracias a todas las participantes, gracias equipo, gracias EUCIMA.
solo se me ocurre una palabra para describir el eucima: Paraíso
ResponderEliminarMaravilloso. Mi peque de nueve años y yo , lo esperamos con ilusión ¡ ya son tres años disfrutando!!!
ResponderEliminarGracias a vosotros por ser parte del EUCIMA. Ah, Andrés, a ti además gracias por cedernos algunas imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo