Duele la maza al golpear la mano
la espalda al agacharse a por la pelota
los pies sobre el alambre
las manos que agarran el trapecio
el cuello de mirar arriba a tus malabares
la cabeza al acumularse demasiada sangre haciendo la vertical
los tobillos al caer desde una doble altura
las lumbares de la contorsionista
los hombros del portor
la piel agrietada por la magnesia
los músculos cuando pasan de su punto de máxima elasticidad
los fallos, sobre todo en el ego
las caídas inesperadas y las previsibles
los golpes contra estructuras o compañeros
el suelo que nos recuerda la ley de la gravedad
estancarse en un truco o en una figura
duelen las lesiones
los fallos, sobre todo en el ego
las caídas inesperadas y las previsibles
los golpes contra estructuras o compañeros
el suelo que nos recuerda la ley de la gravedad
estancarse en un truco o en una figura
duelen las lesiones
Es así, el circo tiene algo de masoquista:
se mueve con el dolor, avanza con él, a través de él;
y es muy satisfactorio el resultado.
Dolor transformado en poesía, en imaginación, en sueños....y en arte. Que viva el circo...SIEMPRE!!!!!
ResponderEliminar¡Que viva!
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