Continúo con el tercero de los artículos y entrevistas que publicó mi abuelo Julio Penedo Iglesias en los años 60 a diversas personalidades de circo de la época. Lo hizo en la revista LARMA, una pequeña publicación de los extintos Laboratorios R. Malo de Molina, a modo de entretenimiento y autopromoción. Esta vez es sobre la otra gran trapecista española. Si ya escribió sobre Miss Mara, hoy toca rescatar la entrevista realizada con motivo de la gran estrella canaria: María Cristina del Pino Segura, "Pinito del Oro".
ADIÓS A PINITO DEL ORO
Pinito del Oro, nuestra estrella que
voló por los cielos de lona de todo el mundo, se retira del circo.
Ha querido despedirse en España, en
Madrid. Sus últimas actuaciones las está realizando en el Palacio
de los Deportes como figura del grandioso espectáculo Festival de
Circo 1960. Todos ustedes saben que el impresionante trabajo de esta
valiente trapecista consiste en sostenerse cabeza abajo sobre el
travesaño y, sin más apoyo, pendular sobre la pista sin red
protectora.
Pinito nos recibe después de su
actuación de la tarde. Con ella, su marido y su hijo. Nuestra
conversación es varias veces interrumpida por una serie de
admiradores que vienen en busca de una foto o de un autógrafo. Entre
ellos también una niña de unos cuatro años que también se llama
María del Pino y que también nació en Las Palmas.
- ¿Cuántos años lleva arriesgado
la vida, Pinito?
- Catorce, trabajando continuamente.
- ¿Por qué se retira?
- Porque no quisiera que me ocurriera lo mismo que a Manolete.
- Su número, ¿es único en el mundo o tiene competidoras?
- De esta clase no hay otro. Quizá dentro de unos años aparezca alguien que haga lo mismo que yo y aún lo supere. Sin embargo, es difícil, porque para hacer esto se necesita un buen profesor que lo haya hecho. A mí me lo enseñó mi padre.
- ¿El elogio que más le agradó de todos cuantos le ha dedicado la Prensa?
- Varios: “el ángel del trapecio”, “la bailarina del espacio”, “que hago lo que nadie ha hecho ni hará…”
- ¿En cuántos países del mundo ha actuado?
- En todo Estados Unidos, Cuba, Canadá, Méjico, Portugal, Francia, Inglaterra, Suecia, Bélgica, Holanda, Italia…
- ¿Qué piensa hacer cuando ya no trabaje en el circo?
- No pienso hacer nada. Bueno, lo corriente en una mujer casada: cuidaré la casa y a mi hijo. Leeré mucho. También pienso escribir cuentos y reportajes sobre Canarias. El día 15 [de mayo de 1960] saldrá un cuento mío en la revista “Ama”.
- ¿Qué actuación suya recordará con más cariño?
- Mi presentación en Nueva York, en el Madison Square Garden. Me acompañaba un ballet de ciento veinte chicas. Sesenta en el aire y sesenta en la pista. Yo estaba muy nerviosa porque no había podido ensayar, pero gracias a Dios todo salió bien.
- ¿Se somete regularmente a examen médico para conservarse en forma?
- No, lo único que hago es comer poco.
- ¿Cuántos accidentes ha sufrido?
- Importantes, tres. El primero en Huelva. Me fracturé la base del cráneo y estuvieron a punto de hacerme la trepanación. Permanecí siete días en coma. Se puede decir que le debo la vida al doctor Vázquez Limón, que fue el que me atendió entonces. El segundo fue en Nueva York, me hice daño en una rodilla, con derrame sinovial. El tercero fue en Suecia, donde me fracturé la mano izquierda y la mejilla derecha. En el párpado derecho se me abrió una herida de siete centímetros que por poco pierdo el ojo. Al caer del trapecio tropecé con el bordillo de la pista.
- Catorce, trabajando continuamente.
- ¿Por qué se retira?
- Porque no quisiera que me ocurriera lo mismo que a Manolete.
- Su número, ¿es único en el mundo o tiene competidoras?
- De esta clase no hay otro. Quizá dentro de unos años aparezca alguien que haga lo mismo que yo y aún lo supere. Sin embargo, es difícil, porque para hacer esto se necesita un buen profesor que lo haya hecho. A mí me lo enseñó mi padre.
- ¿El elogio que más le agradó de todos cuantos le ha dedicado la Prensa?
- Varios: “el ángel del trapecio”, “la bailarina del espacio”, “que hago lo que nadie ha hecho ni hará…”
- ¿En cuántos países del mundo ha actuado?
- En todo Estados Unidos, Cuba, Canadá, Méjico, Portugal, Francia, Inglaterra, Suecia, Bélgica, Holanda, Italia…
- ¿Qué piensa hacer cuando ya no trabaje en el circo?
- No pienso hacer nada. Bueno, lo corriente en una mujer casada: cuidaré la casa y a mi hijo. Leeré mucho. También pienso escribir cuentos y reportajes sobre Canarias. El día 15 [de mayo de 1960] saldrá un cuento mío en la revista “Ama”.
- ¿Qué actuación suya recordará con más cariño?
- Mi presentación en Nueva York, en el Madison Square Garden. Me acompañaba un ballet de ciento veinte chicas. Sesenta en el aire y sesenta en la pista. Yo estaba muy nerviosa porque no había podido ensayar, pero gracias a Dios todo salió bien.
- ¿Se somete regularmente a examen médico para conservarse en forma?
- No, lo único que hago es comer poco.
- ¿Cuántos accidentes ha sufrido?
- Importantes, tres. El primero en Huelva. Me fracturé la base del cráneo y estuvieron a punto de hacerme la trepanación. Permanecí siete días en coma. Se puede decir que le debo la vida al doctor Vázquez Limón, que fue el que me atendió entonces. El segundo fue en Nueva York, me hice daño en una rodilla, con derrame sinovial. El tercero fue en Suecia, donde me fracturé la mano izquierda y la mejilla derecha. En el párpado derecho se me abrió una herida de siete centímetros que por poco pierdo el ojo. Al caer del trapecio tropecé con el bordillo de la pista.
Dentro de unos días Pinito del Oro
se despedirá del Circo y todos la echaremos de menos.
Entrevista publicada en el número 50 de la revista LARMA (24 de abril de 1960)
Otros artículos de Julio Penedo sobre circo:
Mil gracias!
ResponderEliminarAnónima
Yo quisiera saber si pinito sige viva pues mis abuelos trabajaron con ella
ResponderEliminarHola Juan
ResponderEliminarEfectivamente, sigue viva. Regresó a Canarias, donde recibe entrevistas y visitas y escribe libros.